La golondrina “cola de tijera”, el ave aliada de la agricultura de Morelos

CUERNAVACA.- En todo el mundo existen cinco especies de golondrinas y en Morelos abunda la llamada “cola de tijera”. Suelen llegar poco antes del tiempo de lluvias para reproducirse y después volver a emigrar, pues esta ave es cosmopolita, es decir, que viaja a muchos lugares del mundo.

En América, desde los Estados Unidos hasta la zona Central o Sudamérica, recorren todo el continente en busca del clima lluvioso, puesto que hacen sus nidos en cuevas o cavernas a base de lodo, ramas y saliva.

En las zonas urbanas eligen algunos domicilios para construir sus hogares, luego cuando emigran las dejan, pero suelen regresar para la siguiente temporada lluviosa, ya sea las mismas golondrinas o sus crías para seguir reproduciéndose, de acuerdo con el biólogo Fabrizio Varela.

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Sin embargo, debido a que generan mucho excremento la gente tira sus nidos, con lo que se afecta una parte del ecosistema. Y es que desconocen que estas aves ayudan a la agricultura al comerse los insectos que podrían dañar las cosechas. Al día, una sola puede comer hasta 850 moscas y mosquitos.

Aunque prefieren el campo abierto, están muy acostumbradas a la presencia humana y no suelen atacar a las personas.

“Sí brindan un gran beneficio a la comunidad, es decir, a los humanos. Comen mosquitos que son vectores de enfermedades que nos pueden afectar, entonces yo recomiendo admirarlas de lejos porque incluso es algo muy bonito ver desde que son polluelos hasta que son adultos”, destacó el experto. “Todas las especies de golondrinas son aves migratorias, migran conforme a la estación lluviosa. Todo el tiempo están buscando donde esté lloviendo o donde haya humedad y donde haya abundancia de insectos”.

Otra particularidad de ellas es que cazan volando. A diferencia de otras aves que buscan insectos en el pasto, estas emplumadas lo hacen mientras andan en el aire; aunque también consumen algunos frutos y hojas dependiendo de sus necesidades fisiológicas.

Las golondrinas viven en promedio sólo cinco años, tienen máximo cinco crías y —como algunas especies en la naturaleza— los polluelos compiten desde pequeños y sólo sobreviven los más fuertes.

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