historia de Pedro
Mataron a su papá pero él no buscó venganza; se puso a educar niños en Guerrero
Desde antes formaba parte de un grupo de jóvenes que buscaba la pacificación de su localidad a través de la labor social
(Foto: Archivo El Gráfico)
Por Iván Cruz
GUERRERO.– Hace un año, el papá de Pedro Pablo Ortiz fue asesinado por el crimen organizado, pero él no buscó venganza: lo que hizo fue tomar cuadernos y lápices para educar a niños marginados. “La enseñanza —señala— es la mejor forma de combatir la violencia”.
Antes de la muerte de su padre, toda la familia trabajaba en un mercado de Acapulco, en donde atendían un pequeño local de carne. Sin embargo, un grupo de extorsionadores los amenazó para cobrarles derecho de piso.
Este incidente le causó una enorme tristeza a Pedro, quien para ese momento ya era consciente de los estragos que provocaba la inseguridad.
De hecho, formaba parte de un grupo de jóvenes que buscaba la pacificación de su localidad a través de la labor social en las zonas rurales del puerto, que son azotadas por los grupos armados.