DESDE HACE 100 AÑOS

La Calle de las Novias, el lugar donde inicia la fiesta y reina la magia del amor

La calle de las Novias, el lugar donde inicia la fiesta y reina la magia del amor

(Foto: Fernanda Rojas, El Gráfico)

Al día 15/03/2022 10:16 Cecilia Rosillo y Silvia Ojanguren Actualizada 12:31
 

CIUDAD DE MÉXICO.- Es un lugar de historias, no solo una calle con comercios. Aquí inicia el ritual, es la calle de la fiesta antes de la fiesta. Y es que en México comprar el ajuar nupcial, de los XV años o de primera comunión es una celebración, a la cual asisten hasta una decena de personas y muchas veces se hace en familia.

Todo empezó hace 100 años en la calle de Honduras, con la casa Collado que fue la primera tienda de novias. Mientras en la esquina de Honduras y Chile, una bonetería, fue la primera fábrica de vestidos de novia en serie en México.

Desde hace un centenar de años, los artistas consiguen telas finas para bordar sueños en la sedería La Moderna (Honduras #61).  Desde entonces, aquí está la mejor oferta del país en vestidos de ceremonias porque hay de todo, incluidas las mejores marcas. 
Camiones llenos de compradores de todo el país, y de Centroamérica llegaban cada fin de semana para comprar.

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Gracias a la calidad de que se maneja esta zona sigue siendo la mejor opción; en otros años fue la mayor distribuidora de América Latina y del sur de los Estados Unidos, principalmente de Texas y Los Angeles, era un mercado espectacular.

Hasta antes de los años 80, La Calle de las Novias llegaba hasta República de Perú y daba la vuelta por República de Chile pues pues la demanda de opciones abría paso a nuevos negocios.

No solo es una calle de sueños e ilusiones con vitrinas llenas de luces y colores, es una calle de gente trabajadora, visionaria que se reinventa y logra superar la adversidad. 

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Detrás de sus cortinas intervenidas por artistas urbanos, hay empresarios, costureras, diseñadores y encargadas que trabajan ideando la manera hacer crecer el negocio.

Muchos dueños eran gente que trabajó en la costura, se superaron y hoy tienen su negocio. 

La pandemia no venció a quienes aquí trabajan, aunque la crisis sanitaria obligaba la sana distancia, y hubo pocas celebraciones. Quienes decidieron festejar algo y buscaron vestidos o ajuares, siempre hallaron una opción en este lugar, respetando las medidas sanitarias impuestas por el gobierno.

Hoy que la pandemia va en descenso , al pie de la calle las vendedoras ofrecen hacer realidad el sueño de cientos de personas como hace años. 

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