Pandemia lo desafía

Juan tocaba la marimba en fiestas de la CDMX, hoy toca para homenajear a víctimas de Covid

Él forma parte de un grupo de artistas urbanos a quienes el virus les ha cambiado la manera de trabajar

Juan tocaba la marimba en fiestas de la CDMX, hoy toca para homenajear a víctimas de Covid

(Foto: Archivo El Gráfico)

Al día 02/06/2020 12:09 Yara Silva Actualizada 17:07
 

La pandemia y la muerte no silencia la música de Juan. Aunque el virus le arrebató trabajo, compañía y a un músico de su banda, el sonido de su marimba aún se oye para homenajear a quienes han muerto por Covid-19.

Él forma parte de un grupo de artistas urbanos a quienes el virus les ha cambiado la manera de trabajar.

VIRUS LOS DEJA SIN CHAMBA

En marzo, él y quienes formaban parte de un grupo musical, perdieron un sueldo fijo cuando el restaurante en el que trabajaban cerró.

Desde entonces, marimba, guitarra y tarola no retumban en el escenario de un restaurante, sino en las calles de la ciudad o en domicilios a donde asisten a un funeral.

Y sí, dicen, la pandemia los dejó sin un salario fijo, pero no sin la música que les da para vivir. Primero, se fueron las calles de la ciudad en donde los músicos encontraron el dinero que dejaron de percibir en su empleo fijo.

DAN EN EL GUSTO DE VECINOS

Pensaban que su música no gustaría a habitantes del Pedregal, Las Águilas o la colonia Del Valle, pero no fue así. En esos lugares encontraron solidaridad de los vecinos.

Al parecer, cuentan los músicos, “verlos llevar una marimba en hombros y regalar una o dos canciones, es muy gratificado en esas colonias. Tanto, que por dos meses los músicos lograron mantener a salvo a sus familias.

COVID LES ARREBATA UN MIEMBRO

Pero finalmente, el virus los alcanzó. Fue el baterista del grupo, la primera víctima del coronavirus. Tras la muerte del hombre de 50 años, sus compañeros le rindieron un homenaje con un video en redes sociales, en el que le tocaron sus canciones preferidas.

Aún no dejaban el duelo, por la pérdida de su amigo y compañero, cuando recibieron el primer llamado para acudir a una reunión en plena Fase 3 de la pandemia. A falta de un empleo, los músicos no pudieron negarse.

ANTE UNA URNA

Pero la sorpresa que se llevaron es que no se trataba de una reunión, sino del funeral de una persona que había muerto por Covid-19. Su música se escuchó ante la urna con cenizas de un desconocido, un homenaje que nunca habían imaginado. Así, han sido 14 funerales a los que el grupo ha asistido a cambio de un salario.

Los músicos admiten que el miedo siempre los acompaña, por temor al contagio, pero este, están seguros, no silenciará su sonido.

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