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Jair era policía de Edomex pero perdió una pierna; se volvió taxista y mecánico

Aprendió a manejar en estándar con una sola pierna, a tratar de llevar una vida normal por sus cinco hijos, pero el destino le tenía una última sorpresa preparada

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(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 18/06/2019 12:48 Ximena García Actualizada 19:32
 

Hace un año, Jair bajó las escaleras de su casa, una semana antes le habían amputado la pierna, escuchó que su familia ponía cumbias en la radio, sintió ritmo, su pie, sus manos, su corazón, comenzaron a moverse, a vibrar, bailó con su esposa como no lo había hecho en 14 años.

Cuando era policía, durante un entrenamiento antisecuestros, Jair se rompió tibia y peroné, por lo que necesitó cirugía, sin embargo en el quirófano una bacteria conocida como estreptococus aeros se alojó en su hueso.

Los días pasaron, los meses, los años, y dolor seguía, la herida no sanaba, supuraba un olor fétido y cada cuatro horas tenía que cambiar la venda. Así pasaron casi tres lustros de la vida de Jair, pese a que tomó todo tipo de tratamientos, el dolor nunca paraba.

Para poder sobrevivir y mantener a su familia, pues sólo obtuvo 80% de su salario al quedar pensionado por riesgo de trabajo, Jair aprendió a hacer de todo, es taxista, mecánico y por convicción, rescatista de perros en situación de abandono o maltrato.

DECISIÓN

Aprendió a manejar en estándar con una sola pierna, a tratar de llevar una vida normal por sus cinco hijos, pero el destino le tenía una última sorpresa preparada: La bacteria amenazaba su vida, si no se amputaba la pierna, moriría dos años después.

“No fue fácil, pero no había de otra, decidí quitarme la pierna, amo vivir. El médico me dijo ‘Es válido decir me quiero morir completo o te puedo amputar la pierna y vivir el resto de vida’. Tomamos la mejor decisión y aquí estamos y llevo ya un año con una prótesis que me donaron la Junta de Asistencia Privada del Edomex y la asociación Vamos a Ayudar”.

Hoy, Jair, y su familia disfrutan del beneficio de una prótesis que le permite caminar sin dolor, la bacteria que lo acechó 15 años no está.

 

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