Las causas aún se desconocen

Fallece Lourdes Ruiz, la ‘Reina del Albur’ de Tepito

Lourdes Ruiz, era un gran personaje muy querido y conocido por todos que representaba el folclore del barrio Bravo de Tepito

Fallece Lourdes Ruiz

Foto: Archivo El Gráfico

Al día 13/04/2019 12:29 Pablo Ramos Actualizada 09:55
 

Cigarro en mano, una amplia sonrisa y su inseparable delantal te recibía siempre con abrazo y si te descuidabas, con un inocente albur. Hoy, han confirmado que, Lourdes Ruiz, “La Reina del albur”, ha dejado de existir y su legado, al lado de "Las Siete Cabronas e Invisibles de Tepito", comenzará a florecer.

Nació en el barrio más crudo de la CDMX del siglo pasado, decía que fue en el año de 1971 y desde pequeña, creciendo al lado de niños y jóvenes del barrio, aprendió lo que era el albur, al grado tal, narraba cuando platicabas con ella, que su mamá en una ocasión le lavó a boca con jabón. 

No sirvió de nada, pues años más tarde era coronada como "La Reina del albur", de esto data en su biografía, corría el año de 1997; ganó, recuerda con orgullo y sonrisa pícara,  la batalla entre "albureros Trompo contra Perinolas".

 “Muchos me increpan que cómo es que soy la mera mera en el albur, si ni pene tengo. Siempre les respondo que tengo dedos”, mencionaba tras sonora carcajada.

La esquina de Bartolomé y Aztecas deja un enorme hueco en el barrio, ahí, siempre se encontraba atendiendo su puesto de ropa para bebés y playeritas. Siempre cotorreando, siempre sonriendo, siempre presumiendo ser una de las míticas "Siete Cabronas e Invisibles de Tepito", hasta monumento se les hizo. Hoy, de las siete, sólo quedan cuatro o cinco, reconocen en el barrio.

Quienes platicaron con ella, siempre salían con una gran enseñanza del barrio que tanto le dio. Ella, dice la gente, siempre fue directa, sin cuidar las formas ni las buenas costumbres, pero sin ser ofensiva, Lourdes Ruiz, mejor conocida como “La Reina del albur” en el barrio de Tepito, hacía del albur algo cotidiano, familiar, afable y hasta materia de una cátedra en algunas universidades.

Alguna vez platicando en su puesto, presumía su libro, "Cada vez que te veo, palpito", un trabajo, repetía con emoción de ser su obra, con “textos para leer a una sola mano o a dos, depende el paso de la muerte”.  

El trabajo fue editado por editorial Grijalbo y "trae muchos sinónimos y es una guía básica para empezar a alburear, palabras para jugar con el doble sentido y un poco de historia, pues el albur comenzó con los mexicas y aztecas. Después saldrá un libro para avanzados, pero primero hay que comenzar con bolitas y palitos, muchos palitos”.

Así será recordada una de las Siete Cabronas e Invisbles de Tepito, así con su cigarro en mano, así, con su inseparable delantal, así, vendiendo ropa para bebé, así, con la sonrisa alburea en el rostro. Descanse en paz, Lourdes Ruiz.

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