TRAS DERRUMBE

Esposa e hijo de Jorge siguen sepultados en el Chiquihuite, no se irá sin sus cuerpos

Esposa e hijo de Jorge siguen sepultados en el Chiquihuite, no se irá sin sus cuerpos

(Foto: Diego Simón, El Gráfico)

Al día 21/09/2021 09:44 Rebeca Jiménez Actualizada 11:18
 

ESTADO DE MÉXICO.- “Sólo quiero mis cuerpos, no quiero nada más”, reiteró Jorge Armando, quien ha permanecido 10 días junto a lo que fue su casa, que quedó bajo pesadas rocas que se derrumbaron del cerro del Chiquihuite, dejando atrapados a Paola, su esposa, y a sus dos hijos, Jorge Dilan, de cinco años, y Mia Mayrín, de tres, la única que ha sido sacada por rescatistas.

Paola y Dilan “siguen ahí”, repite Jorge en entrevista, en la llamada “zona cero” del Chiquihuite, donde afirma que no le interesa una vivienda, “sólo mis cuerpos, no pido más”.

El joven, de 24 años, relata que el 10 de septiembre, el día del deslave, trabajaba en una obra en la parte baja de la colonia Lázaro Cárdenas: “Acabábamos de poner una loza y los vecinos de al lado dijeron que en el Calvario [donde estaba su casa] ocurrió un derrumbe. Voltee a ver hacia allá y ya no se veían las casas, sólo la de color rosa”.

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Recuerda que cuando llegó “no podía ni creer que hubiera desaparecido [mi casa], sentía impotencia, desesperación y empecé a buscar a Paola, primero con su mamá, con quien acostumbraba estar, pero no estaba; volví y junto con muchos vecinos empezamos a mover piedras”, pero no encontraron a su esposa ni a sus hijos.

Luego de vivir 12 años en las faldas del cerro del Chiquihuite, seis de ellos junto a Paola, “nunca me imaginé que se fuera a caer el cerro, pero llegó su momento”. 

“En un sismo caen lozas, casas, aquí no fue una vivienda, aquí fue un pedazo de cerro que se deslavó”, lamenta. 

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Por ello, mientras sus vecinos acuden a registrarse al padrón de afectados, que suma 178 familias, Jorge repite: “no quiero casa, quiero mis cuerpos”, que no se detenga la búsqueda; “aquí voy a seguir”, dice, así como lo ha hecho desde hace 10 días, mientras observa el trabajo de expertos.

“Mis patrones me dijeron que ahora más que nunca necesitaba trabajar, pero les dije: ‘No, mi prioridad es mi familia, no me voy a ir hasta encontrarlos’. Ahora no me interesa el dinero, mi mente está focalizada aquí, en encontrar mis cuerpos, ya sacándolos..., podré empezar otra vez de cero, porque me quedé sin nada”.
Jorge Armando, Padre y esposo de víctimas. 

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