¿Existen seres paranormales de otras dimensiones? Esto es todo lo que se sabe

Cuando hablamos de misterio solemos pensar en ovnis, extraterrestres, fantasmas. Rara vez nos paramos a pensar que el campo de los enigmas es más amplio y que también contempla encuentros con criaturas míticas como las hadas, los gnomos y los duendes. Estos últimos personajes pertenecen al llamado mundo feérico. 

Según los folcloristas, que se han dedicado a investigar sus leyendas, estos seres vivirían en la Tierra, igual que nosotros, pero en una dimensión distinta a la nuestra. 

Se les denomina “el buen pueblo" o “la buena gente” debido a una antiquísima tradición anglosajona que indica que poner el adjetivo “bueno o buena” a algo o a alguien ayuda a que, de alguna manera, sea bendecido y, por lo tanto, no se trate de algo demoníaco; no hay que olvidar que, en la Edad Media, una época muy oscurantista, estos temas se consideraban algo relacionado con Dios o bien con el demonio, no existía el término medio. 

Aunque hoy día las hadas, los gnomos y los duendes se relacionen con los cuentos infantiles y se consideren personajes de ficción, no siempre fue así.

En todos los continentes encontramos documentos que indican que hace siglos, había encuentros entre el ser humano y los seres feéricos, pero estos encuentros se fueron reduciendo a medida que el ser humano se fue alejando de la naturaleza, como sucedió a partir del siglo XIX con el auge de las industrias. 

Estos seres están vinculados con la naturaleza, la protegen y no aceptan la transformación negativa del medio ambiente a causa de las acciones humanas. 

Aunque hay una gran variedad de seres feéricos, la característica común entre ellos sería, al parecer, que no tienen alma, y este es el motivo de que envidien a las personas e incluso de que haya tantas leyendas de hadas que raptan a niños para que sean criados en su mundo. No es fácil tener un encuentro con estos místicos personajes.

Se asegura que esto solo es posible en determinadas fechas del año, como por ejemplo la Noche de San Juan, instantes en los que se abre un portal entre nuestro mundo y el de estas criaturas y es posible interactuar con ellas. 

Pero hay que ser cautos, pues los folcloristas explican que el tiempo en el mundo de las hadas es diferente al nuestro. Lo que aquí podrían ser minutos allí podrían ser años.

También advierten de que no hay que probar los alimentos que nos ofrezcan algunas de estas criaturas, pues de este modo quedaríamos para siempre atrapados en su plano y no podríamos regresar a nuestra realidad. 

Al igual que en Inglaterra hay numerosos testimonios escritos y orales que nos hablan de la existencia de estos seres y de su relación con los humanos, en México también existe una gran tradición acerca de la existencia de, principalmente, duendes que protegen ciertos lugares. 

Es el caso de Huasca de Ocampo, en el estado de Hidalgo, donde incluso existen varios museos dedicados a los duendes.