Peregrinaciones y fuegos artificiales: La rica tradición de la Santa Cruz en México

En ciertos lugares de México, la fiesta de la Santa Cruz va más allá de una comida o una reunión entre mairos, jefes y chalanes. 

“Yo soy de Angangueo, Michoacán. Allá lo festejan más. Ahorita no estamos organizados para hacer nada, ni nosotros ni la constructora nos ha comentado nada”, comenta el joven José Manuel, al pie de la gran obra en la trabaja en la CDMX. Allá, dice, los festejos incluyen hacer tapetes coloridos de aserrín y un espectáculo de luces y fuegos artificiales.

En Huaquechula, Puebla, se lleva a cabo una peregrinación y reverencia a la cruz de piedra de la parroquia franciscana del siglo XVI. 

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En Angangueo, Michoacán, los festejos incluyen hacer tapetes coloridos de aserrín y un espectáculo de luces y fuegos artificiales. 

Mientras en Chilapa, Guerrero, llegan al grado de hacer un sacrificio de animales en las puntas de los cerros.

En Santa Cruz Acalpixca, Tecámac, 15 días antes del 3 de mayo los fieles se dan cita en la cumbre del cerro de Tlacuayeli para bajar las tres cruces que vigilan a la comunidad. Estas piezas se llevan al barrio de San José Obrero, donde se limpian y se preparan para la fiesta patronal. Pasados los festejos, las cruces se vuelven a subir.

En Santa Cruz Meyehualco, se realizan festejos con conciertos, misas, recorridos por las calles llenos de tapetes florales, quema de toritos, fuegos artificiales y prometen celebrar, pedir y agradecer por el trabajo. 

Y en la Ciudad de México, en Santa Cruz Atoyac, ya están listos para venerar la cruz de la parroquia de Santa Cruz Jerusalem.