Se sienten como en casa

¿Cómo se vive en la casa del estudiante duranguense de la Ciudad de México?

La residencia recibe cuatro solicitudes en promedio al semestre, siendo el de agosto-diciembre el más solicitado

¿Cómo se vive en la casa del estudiante duranguense de la Ciudad de México?

(Foto: Archivo El Gráfico)

Al día 23/05/2019 08:14 Miroslava Callejas Sánchez Actualizada 09:42
 

Ser estudiante no es una tarea fácil: ir a clases, realizar los deberes, sacar buenas calificaciones son alguna de las presiones que se tienen día a día; además hay quienes aparte del estrés de esas obligaciones, están lejos de su hogar, de sus costumbres, de sus familiares y amigos.

De acuerdo con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), uno de cada seis alumnos dejó su entidad de origen para estudiar en el ciclo escolar 2015-2016, siendo la Ciudad de México uno de los principales destinos.

Muchos de ellos llegan a esta ciudad con un presupuesto muy ajustado y un poco desorientados. Pero para los estudiantes originarios de estados como Durango, Guerrero y Puebla existen lugares en la Ciudad de México en los que se les recibe con los brazos abiertos y estar con sus pares: las casas del estudiante.

“La casa del estudiante duranguense nace en julio de 1951 y su fundación tuvo mucho que ver con el Instituto Tecnológico de Durango y el Instituto Politécnico Nacional. La primera generación del tecnológico local no podía acreditar por completo sus estudios y tuvieron que venir al IPN a hacerlo, buscaron un lugar para quedarse y encontraron una casa en ruinas aquí en Santa María la Ribera, la que rentaron por un módico precio  y así comenzó este proyecto estudiantil”, narra en entrevista para EL GRÁFICO Héctor Névarez, estudiante de historia por la UNAM y habitante de la Casa del estudiante duranguense.

El inmueble, localizado en la calle Cerrada de cedro número 10 en la colonia Santa María la Ribera, es el actual hogar de 24 jóvenes originarios del estado de Durango, donde han encontrado un espacio que, además de servirles como un valioso apoyo a su economía, es un lugar que les recuerda a casa, aunque es poco conocida en la capital del país.

“Yo supe de la existencia de la casa por un amigo que me habló de ella, investigué en redes sociales y me contacté con los miembros de ese entonces. Vine a hospedarme aquí cuando vine a entregar mis papeles para la escuela, la casa te da la facilidad de quedarte si vienes a hacer tu examen o a hacer trámites, y ya iniciando el ciclo escolar me quedé a vivir” nos cuenta Adrián Hernández, estudiante de ingeniería civil del IPN e integrante de la casa.

Héctor agrega que aunque la casa sí es conocida en el estado, pocos jóvenes duranguenses son los que deciden estudiar en la Ciudad de México “hay más relación con Estados Unidos que con la ciudad, por lo que varios se van al norte a seguir estudiando, incluso en universidades de estados vecinos, así que no son tantos los que vienen acá, pero lo importantes que una cantidad importante que estudia aquí regresa a Durango, lo que ha enriquecido al estado”.

La vivienda cuenta con 12 cuartos, cuatro baños, cocina, sala común, una pequeña biblioteca y un patio, donde su administración y organización es totalmente autogestionada.

“La casa es regida por un Asamblea General, que está integrada por todos los integrantes de la casa y en donde se toman todas las decisiones respecto a ella, también tenemos un reglamento interno donde se estipula la organización interna. Además, nos organizamos por comisiones que son mantenimiento, sanidad, comunicación, tesorería y tenemos una figura dentro de la Asamblea que es el representante de ésta y el representante de la casa, quien es el que se encarga del contacto con el exterior” nos comparte Adrián.

Héctor, por su parte, puntualiza que aunque su gestión es autónoma, tienen vínculo con representes del estado “la casa es propiedad del Estado de Durango y son ellos quienes pagan los servicios como el agua y recientemente la luz, si sucede algo, teóricamente tenemos su apoyo y todo es gracias a que varios ex integrantes ahora tienen puestos públicos en el estado, lo que nos ha ayudado en varias cosas como en el mantenimiento y remodelación de la casa, aunque si hemos estado meses incluso años tras ellos, la ayuda ha sido lenta pero nunca se nos ha negado”.

Además puntualiza que Miguel Rincón, dueño de la papelera Scribe y compadre de Andrés Manuel López Obrador, les apoya con una cooperación simbólica mensual y es el actual inversor en la remodelación de la casa, ya que pasó por sus habitaciones entre los años de 1967 a 1972.

Actualmente, la residencia recibe cuatro solicitudes en promedio al semestre, siendo el de agosto-diciembre el más solicitado “entre los requisitos pedimos que sean originarios de Durango o que hayan cursado su último grado de estudios en el estado o haber vivido cinco años ahí; estar estudiando en alguna institución pública en la Ciudad de México y extender una carta del motivo dirigida a la Asamblea; además cada semestre tienen que proporcionar su historial académico y sólo pueden quedarse hasta cinco años” puntualizan los muchachos.

Finalmente comparten que su experiencia ha sido grata en la casa “Los miembros de la casa compartimos la misma cultura, incluso escuchar que hablan igual que tú es reconfortante, aquí te sientes como en tu casa, es como un Durango” dice Adrián.

“Aquí hemos encontrado un lugar en que se preserva la identidad como estudiantes duranguenses, sentimos que la casa es la extensión de nuestro hogar y de nuestro estado estado, la casa es una familia grande. La casa es una ejemplo de formas de organización entre los jóvenes y nosotros buscamos preservarla para las siguientes generaciones, nadie nos está regalando nada y esto se hizo con es el esfuerzo de los compañeros y es necesario darle vigencia y priorizar este tipo de espacios”, finaliza Héctor.

Google News - Elgrafico

Comentarios