Tu propio negocio, todo un dilema tenerlo en el Centro de la CDMX

CIUDAD DE MÉXICO.- Pocos entienden lo que es tener un puesto enfrente de tu negocio o en el muro de tu finca (que es propiedad privada).

Hay que sumar varios factores: para empezar, el ruido de merolicos durante todo el día, con el estrés y el daño a la salud que implica hoy castigado por una ley.

También, la venta de productos del mismo giro, el bloqueo del paso al interior de tu local y a través de la banqueta; asimismo, la basura, el estacionamiento de motos y la desventaja comercial en la que queda el negocio frente a otros que no sufren de este fenómeno.

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Si tienes la desgracia de tener uno de comida, además de lo dicho, hay que agregarle el humo, el hedor que invade tu negocio, la poca higiene al preparar los alimentos, lo que pone en riesgo la salud de los comensales y que parece que a nadie le importa; también, el aceite y desechos que vierten a la coladera y el riesgo de Protección Civil por gas o carbón.

Con las excusas de siempre, se promueve el trabajo en la calle, cada día tiene más demanda, pues no hay ninguna obligación social, lejos está el apoyo a los verdaderos emprendedores de las microempresas, que son las empleadoras formales del país.

En 40 años, no hemos visto más que puras farsas y salidas fáciles, que han puesto en jaque la viabilidad económica del Centro de la Ciudad de México y del país.

Solo en un marco jurídico adecuado que iguale circunstancias, pago de impuestos, seguridad social, comprobantes de adquisición de mercancía, sin subempleo disfrazado de vendedor ambulante, estaremos de acuerdo con un reordenamiento entre el gobierno y el vendedor, sin la intervención de terceros.

(Fotos: Cuartoscuro)

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