Atala ayuda a reos del Penal de Santiaguito con clases de yoga, pintura y fotografía

Cuando se piensa en personas encarceladas, para la mayoría viene a la mente que cometieron un crimen, por lo que la empatía y compasión no tienen cabida; sin embargo, para Atala Mayer, de la asociación civil Ser Uno, el cometer un error nos lleva a estar tras las rejas, pero esto no significa que se deja de ser humano, con necesidades afectivas y psicológicas.

Atala llega cada semana al Pabellón 6 del Penal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez, donde los internos son diferentes al resto de la población, pues el área es la de atención psiquiátrica. Muchos de los reos ya han sido abandonados por sus familias o ya no recuerdan porqué fueron condenados.

Para Atala, la oportunidad de convivir con 75 reos, regalarles clases de yoga, arteterapia y fotografía ha sido de las decisiones más importantes de su vida, pues ha encontrado la manera de regalarles paz cuando el encierro y la lucha por la supervivencia mina su estado emocional.

Canalizan emociones.

“Tenemos un eje de trabajo para la Salud Mental, mi programa se llama Derechos Humanos y Salud, lo que hago es implementar dinámicas grupales de terapia a través del arte, ayudo específicamente al Pabellón Psquiatrico y al de Adicciones, así a través de yoga y arteterapia les enseñamos a canalizar las emociones”.

Pero el trabajo no es sencillo, pues para poder trabajar en la canalización de la agresividad, la mejora de autoestima, evitar la depresión y prevención del suicidio, se necesitan libretas, tijeras sin punta, colores, pinturas acrílicas, entre otros, los que no llegan tan fácil a los reos.

A través de estas terapias grupales, los reos han encontrado un poco de paz y han logrado abrir su corazón, pues varios han reconocido su error y lo lamentan, sueñan con volver a sus casas.