Accidente automovilístico dejó inválido y huérfano a Érick; él pide ayuda desde Morelos

Cuando Érick Camacho era pequeño, sus papás se separaron, así que él se quedó bajo la tutela de su papá, Érick Camacho, quien fue agente de tránsito en Yautepec y Tepoztlán. 

Sin embargo, cuando el niño cumplió cinco años, su vida cambió, pues el 30 de enero del 2009 sufrió un accidente automovilístico que cobró la vida de su padre y a él lo dejó inmóvil de la mitad de su cuerpo. “Su lesión es de médula y su caderita, por eso está en silla de ruedas”, dice su abuela paterna, Laurentina Mateos, quien desde entonces se hace cargo de su nieto, pues su madre jamás regresó. 

“Ahorita ya él ya se vale por sí mismo, ya come solo, se cambia solo, ya está más grandecito, pero gracias a las terapias”. 

Érick estudia la secundaría y todas las mañanas, una de sus compañeras pasa por él para llevarlo al colegio, pues su sueño es ser ingeniero en sistemas computacionales. “Es difícil, pero pues vamos a seguirle hasta lo que podamos y que él aproveche, porque estamos haciendo la lucha también por él”, dice. 

La situación económica de sus abuelos es difícil, viven en La Gema, en Yautepec, en una pequeña casa que es propia, pero sus ingresos son pocos para todos los gastos que se necesitan. Cada semana Érick es trasladado al Hospital del Niño, en Emiliano Zapata, donde recibe terapias para no perder movilidad y desarrollar la mayor posible en sus dedos. 

Sin embargo, algunos ruteros no quieren llevarlo porque ocupa una silla de ruedas o le cobran doble.