Mataron a su nieta

Abuelita otomí necesita con urgencia un concentrador de oxígeno, en Edomex

Si alguien puede apoyar en la causa, favor de comunicarse vía WhatsApp al número telefónico 729 3007 966

Abuelita otomí necesita con urgencia un concentrador de oxígeno, en Edomex

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 01/08/2020 22:31 Alma Ríos Actualizada 22:41
 

María Bermúdez, una mujer otomí de 67 años de edad, aún no se recuperaba de la muerte de su nieta Pamela -quien fue asesinada en Temoaya, en mayo pasado- cuando enfermó y actualmente requiere con urgencia un concentrador de oxígeno para poder vivir.

Su hija Eleocadia Matilde Bermúdez pide el apoyo de la población para conseguir este aparato, pues la familia no tiene los recursos económicos para comprarlo, debido a lo costoso que es.

Algunos negocios del Valle de Toluca lo rentan pero actualmente no tienen equipos disponibles y las familias que lo requieren tienen que pasar por un viacrucis para conseguirlo.

Actualmente María depende de un tanque de oxígeno pero se agota muy rápido por lo requiere un concentrador eléctrico.

Eleocadia continúa de luto por la muerte de su hija Pamela,  a quien le arrebataron la vida el pasado 9 de mayo en su propio domicilio, a sus 16 años de edad,  y ahora tiene que cuidar a su madre, quien es su principal apoyo.

Si alguien puede apoyar en la causa, favor de comunicarse vía WhatsApp al número telefónico 729 3007 966, con Eleocadia Matilde.

ASÍ SUCEDIÓ EL ASESINATO

Maicha Pamela, una adolescente de origen otomí, acababa de celebrar su cumpleaños 16, cuando fue asesinada en su propia casa, en pleno periodo de confinamiento por Covid-19, y un día antes de celebrarse el Día de las Madres.

“A la niña me la mataron el 9 de mayo, cerca del mediodía, a esa hora yo estaba trabajando en una purificadora de San Cristóbal Huichochitlán. 

Un compañero me avisó que me fuera a mi casa, que habían lastimado a Pame, nunca pensé que le hubieran quitado la vida”, relata la mamá Eleocadia Matilde Bermúdez.

Ella recuerda que inmediatamente después de recibir la mala noticia salió del trabajo hacia su domicilio, en San Diego Alcalá, una comunidad de Temoaya, donde apenas unas horas antes se había despedido de su hija y le había dado la bendición, sin pensar que sería la última vez que la vería.

“Cuando llegué a la casa había una patrulla y bastante gente. Entré y vi a mi hija dentro de un tambo de agua, lo único que alcancé a ver fue uno de sus piecitos, su tenis estaba tirado. El tambo estaba tapado con un lavadero de cemento y encima tenía unos tabicones”.

Pame fue hallada amordazada y con las manos atadas con agujetas, presentaba golpes en la boca. De acuerdo con el acta de defunción, la adolescente murió por asfixia. Hasta el momento se desconoce la identidad del responsable y el móvil del crimen.

“Te dicen: quédate en casa, pero dentro o fuera te lastiman”, reprocha Eleocadia.

Pame era una estudiante de secundaria que anhelaba ser contadora o enfermera. Luego de que se suspendieron las clases por la emergencia sanitaria abrió una tiendita de dulces, vendía chicharrones preparados y sopas instantáneas para apoyar a su familia.

Eleocadia pide a la Fiscalía acelerar las indagatorias para dar con los asesinos, pues teme que debido a la contingencia, tengan frenados los trabajos de investigación.

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