Llora al ver cómo derriban su casa afectada por sismo, en Iztapalapa

Andrea Ahedo

A cinco metros de distancia, la señora Lidia Martínez, de 70 años, vio cómo demolían su casa. Su hogar desde que tenía 15 años. Poco antes de que la maquinaria pesada comenzara a taladrar su techo, ella entró por última vez a los pequeños cuartos vacíos que fueron su sala-comedor y dos recámaras. Ahí vivía con otras seis personas: su familia. Todos estaban dentro cuando hace más de un mes tembló.

Según los censos, la delegación Iztapalapa fue donde las casas resultaron más dañadas y su colonia, Santa Cruz Meyehualco, también. 

Desde ese día durmieron a un lado de su casa, que de un segundo a otro quedó con el techo dividido por una grieta que atravesaba los muros. Ella y sus hijos se dedican al comercio, trabajan en un tianguis. 

La misma semana del terremoto fue personal de Protección Civil para evaluar su casa, y después recibieron un cheque para rentar, poco más de 3 mil pesos. En su calle, la número 49, apartaron la casa de enfrente a la suya, de un color más oscuro, para rentarla. Empacaron sus cosas y las sacaron al tránsito vehicular. 

Las autoridades le notificaron a Lidia que le darían una de las 200 viviendas “antisísmicas” que se repartirán a los afectados. 

Ayer, su casa estaba rodeada de vecinos. Lidia lloraba, mientras su hija la abrazaba. Después de que el techo crujió, poco a poco en el muro rosado se abrió un boquete... y luego sólo escombros quedaron.