Llegó septiembre y con él, las fiestas patrias, lo que significa el inicio de la temporada en la que disfrutamos de la gastronomía mexicana.
Por supuesto, no se puede hablar de fiestas patrias en México sin mencionar el pozole, el platillo tradicional por excelencia con raíces prehispánicas.
Antes de analizar qué tan saludable es el pozole, vale la pena conocer su origen. Su nombre proviene del náhuatl pozolli, que significa espumoso, en referencia a la forma de los granos de maíz cacahuazintle.
El pozole es un caldo espeso preparado con carne de cerdo o pollo, servido en un tazón grande y acompañado de lechuga, orégano, rábano, chile, limón y tostadas.
Pozole blanco: El más tradicional, preparado con carne de cerdo, pollo o ambos. Su caldo claro no lleva chiles, por lo que es el más ligero en calorías.
Pozole rojo: Se distingue por su caldo rojizo gracias a los chiles secos como guajillo y ancho, que le dan un toque picante.
Pozole verde: Lleva chiles verdes como jalapeño, serrano, tomatillo, epazote, pepitas y cilantro, lo que le da su color y un perfil más nutritivo.
Un plato mediano de pozole contiene en promedio 300 a 500 calorías, aunque la cantidad puede variar según el tipo:
Aunque el pozole es nutritivo, puede ser alto en grasas y sodio. Evita el exceso de tostadas, crema o chicharrón para no aumentar demasiado las calorías, sobre todo si lo consumes durante todo el mes patrio.