La banca de un parque de la colonia Condesa, en la alcaldía Cuauhtémoc fue la última morada donde Hugo perdió la vida este lunes.
El dolor por un tumor que tenía desde hace tiempo en el vientre fue el suplició que tuvo que soportar sin la ayuda de un médico debido a su condición de indigencia.
De acuerdo con los buenos vecinos que trataron de ayudarlo “a bien morir” proporcionándole cobijas y comida, este hombre del que se dice era de Iztapalapa, peregrinó para recibir atención hospitalaria y no la consiguió.
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Aunque en su página de internet la Secretaría de Salud de la Ciudad de México asegura que garantiza los servicios de salud para la gente que vive en la calle, al parecer no se enteraron sobre la situación de Hugo.
De acuerdo con un boletín fechado el pasado 16 de abril de 2023, ellos realizaron una brigada de atención médica general, psicológica y odontológica en Centros de Asistencia de Integración Social (CAIS) a personas en situación de calle.
Por desgracia esto no llegó a los rincones que miles de personas vulnerables ocupan para vivir, como parques, plazas públicas, calles poco iluminadas, camellones o un rincón en donde puedan pasar la noche.
Se sabe que muchos de ellos no acuden a los CAIS, aunque el apoyo es gratuito, debido a que no están dispuestos a cumplir con sus reglamentos, aunque en el fondo necesitan mucho la ayuda.
Otros más no acuden por miedo a la discriminación y maltrato que han sufrido, mismo que no les permite confiar en la gente.
Una de las trabas más comunes que tienen las personas que viven en la vía pública es la falta de documentos ya que al solicitar atención médica en instituciones federales, el personal médico les solicita sus documentos oficiales como su credencial del INE, acta de nacimiento o CURP, que por obvias razones no tienen.
Por desgracia no existe un protocolo a seguir en caso de que una persona vulnerable solicite atención médica y en caso de que así sea la información no es pública ya que diversas ligas consultadas por este diario se encuentran deshabitadas.
Así que por desgracia, las historias como las de Hugo seguirán surgiendo o incluso se irán perdiendo en el anonimato.