Destaca que la quinta ha estrenado banqueta, las bardas pintadas de blanco brillan como si fueran nuevas, pero sobre todo los cambios más notorios son en dispositivos de seguridad.
Junto al zaguán negro, de techo rojo, fue instalada una cámara doble de videovigilancia, una de 360 grados de cobertura, la otra apunta directamente al portón. Todo el perímetro de la propiedad fue protegido con alambre de seguridad (concertina) con navaja recta. Además, en el inmueble, junto al portón del lado derecho, se retiraron dos pequeñas paredes de un metro de alto, donde la gente se recargaba para esperar el transporte público y cualquiera se podía subir a mirar.
La quinta del político tabasqueño tiene como vecinos un taller mecánico y un hotel, donde guacamayas y tucanes gritan desde las primeras horas del día.
En el espacio de la alberca también se pueden ver cámaras de vigilancia que apuntan a la quinta, pues metros más abajo hay un viejo puente de madera que cruza un estanque que comparten ambos terrenos y ahí dos guardias vigilan las 24 horas.
Además, el barrio es ruidoso, está al pie de la carretera, con calles sin banquetas y con varios comercios.
13 mil metros cuadrados tiene el terreno donde el exmandatario edificó la casa a la que dijo que se retiraría.