En estos tiempos, tanto en el
Centro Histórico (CH) como en toda la ciudad y el país, estamos viviendo una situación complicada debido a un modelo de negocio de productos al mayoreo provenientes de Oriente, con precios contra los que el mercado nacional no puede competir.>>
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Insistimos en que no tenemos nada en contra de la comunidad china ni ninguna otra, sino contra el
modelo de negocio que perjudica a las fuentes de manufactura nacional.>>
Entendemos que este modelo se basa en la fabricación de millones de piezas de un mismo
producto, distribuidas en muchos países, lo cual reduce costos y precio de venta a consumidores finales. Sin embargo, exigimos a las autoridades que impongan regulaciones más estrictas y aranceles adecuados para que estos productos que llegan a México compitan de manera justa y leal con nuestro mercado.>>
Además, se necesitan regulaciones para la ocupación y adquisición de inmuebles para estos modelos de negocio dentro del CH y en toda la CDMX, ya que en este momento los negocios nacionales, incluso los legendarios, están siendo desplazados y evidentemente no lo consideramos justo ni correcto.
No solo se requiere voluntad política, sino mesas de trabajo y negociaciones que nos permitan adaptarnos a esta realidad.
Debemos acordar qué artículos deben importarse, a qué precios comercializarlos y cómo, junto con las comunidades orientales y autoridades locales y federales, generar políticas y leyes que nos beneficien a todos incluso a estas comunidades de oriente.
Esto permitirá un libre mercado con una competencia sana y justa para el país y productores y fabricantes mexicanos, los más beneficiados serán los consumidores pues obtendrán artículos de mejor calidad.