Por: ADRIANA VARILLAS
Tumbadas sobre la arena y algunas con medio cuerpo en el fondo de los nidos, las personas involucradas en el programa sacaron los huevos de tortuga para depositarlos en cajas de unicel y de este modo conserven la temperatura adecuada.
Luego son llevados a un punto seguro, cuya localización no puede revelarse, debido al peligro que corren los huevos, codiciados para su tráfico, venta y consumo ilegal.