
“Si hablamos de garantizar los niveles y la operación de la laguna, en eso ella (la alcaldesa Michelle Núñez) no ha podido hacer nada, pero si hablamos de otras acciones, la seguridad, hay cambios. Lo que pasa es que el saqueo del agua viene de muchos años atrás”, comentó uno de los operadores de las lanchas.
“Estamos en peligro, hemos alzado la voz, exigido, gritado y demostrado que hay lagunas llevándose el agua que debería escurrir naturalmente hasta este punto, pero no hay resonancia, no hay respuesta y esto es urgente”, reprochó Abigail González, oriunda del Pueblo Mágico y trabajadora en “Los Pericos”, el barco más famoso y antiguo del lugar.
Los trabajadores de la zona turística comentaron que el daño es grave, porque apenas entre 2019 y 2021 registraron entre 30 y 40 mil visitantes al municipio, pero paulatinamente se ha reducido ante las condiciones.
Valle de Bravo tiene aproximadamente 70 mil habitantes, y de ellos al menos la mitad depende del turismo, ya sea como propietarios de algún negocio o como empleados, pero en general, dice Ricardo Uribe, trabajador en la zona del embarcadero, dependen del sector.
Los trabajadores y vecinos entrevistados dijeron que el saqueo de agua para la formación de hasta 200 lagos artificiales en la zona residencial, combinado con la sequía, son una fórmula que pone en jaque a Valle de Bravo e, incluso, a pobladores de zonas cercanas, quienes acuden al lago para trabajar.

No sabemos qué pasará, pero de seguir bajando el nivel, será grave para todos, ya lo vimos hace años, cuando tuvimos que parar”, mencionó la comerciante Abigail González.
50 por ciento ha bajado el turismo en Valle de Bravo durante las temporadas de vacaciones.
Restauranteros, embarcaciones, artesanos, prestadores de servicios y quienes rentan habitaciones en hoteles o a través de plataformas, creen que se acerca de forma acelerada una “catástrofe”.