Por Araceli Martínez
En este emprendimiento Karla encontró apoyo en un grupo de revendedores que se han organizado para hacer fila y hacer más ligera la guerra de los pasteles.
El ganador es quien consigue completar su pedido y llevar a sus clientes los sabores más virales; “nosotros hicimos un grupo para correr por los pasteles más peleados, pero sí procuramos todos llegar temprano, solo que sea por algo de fuerza mayor”, señala Karla.
Ser revendedor no es fácil, porque la desvelada es sólo inicio del trabajo más duro. Al salir del Costco, Karla envía sus pasteles en Uber a su casa, mientras ella va a en su motoneta.
Luego entrega a domicilio algunos pedidos y, más tarde, se prepara para poner su puesto en Héroes de Ixtapaluca.
“Yo realmente no le subo tanto, no vivo de esto, lo mejor es complementar tu negocio, sacar tantito de acá y de allá. No puedes vivir sólo de vender pasteles de Costco, más que nada te tiene que gustar”, relata.
Todo comenzó desde hace ocho meses, cuando Karla descubrió lo viral que era la reventa de pasteles en TikTok gracias a sus hijos, Ángel y Mitzy, quienes dicen estar orgullosos de su madre, porque a pesar de lo cansado que es su negocio, cuando va al Costco ella se llena de energía.
Aunque Karla ha recibido fuertes críticas por la reventa de pasteles, ella es feliz porque con su trabajo lleva un producto a colonias que el Costco no conoce; “luego sí son muy ofensivos, usan palabras feas, aunque tratas de ser prudente, sí da coraje. Yo leí en Facebook, que decía que somos hambreados y yo respondí: ‘prefieres insultarme a mí, que trabajo honradamente, a alguien que se sube a una combi a asaltar”.