Por Araceli Martínez
Los vecinos de la colonia Moctezuma cuentan que cuando comenzaron a llegar los migrantes se sintieron “invadidos”, pero al escuchar sus historias se solidarizaron porque “todos somos humanos”, por eso buscaron acuerdos.
“Somos mexicanos que ayudamos al migrante, porque no podemos maltratar a la gente en esta posición, porque durante muchos años al mexicano en el norte le pasó. Todos tienen un primo, un vecino, un amigo que cuenta lo que les hacen allá”, aseguró David Jacobo, vecino.
Parte de los acuerdos que han logrado son la vigilancia en la puerta para que no entre más gente y se evite la sobrepoblación, la recolección de basura, respetar áreas verdes y mantener orden e higiene.
Adentro se ha formado una comunidad que se apoya porque el sueño de todos es el mismo: cruzar la frontera de manera legal y mientras esperan su cita con la aplicación CBP One, viven al día.
Hace ocho meses que Joan salió de Venezuela y en México encontró este refugio para su esposa y su hijo, donde ha improvisado una barbería. Invirtió en una máquina de rasurar y cobra “barato” a su comunidad; 40 pesos por corte de cabello a los adultos y a los niños, 30.
En el lugar, cocinan para sus familias y, así, no pasar hambre.