Un compañero recomendó hacerlo a través del Centro de Justicia Alternativa del Poder Judicial de la CDMX, a donde fue para informarse. Ahí le confirmaron que el asunto se podía resolver en esa instancia a través de mediación, por lo que le solicitaron los datos de Juan, a fin de girarle la invitación al procedimiento de justicia alternativa.
Éste aceptó el servicio, por lo que se fijó una primera sesión de mediación en la que se les explicaron las ventajas de resolver las controversias con su participación directa, y no mediante la justicia tradicional.
El encuentro fue inusual, pues padre e hijo llevaban años sin verse; ninguno ocultó su emoción y Juan se mostró acongojado por no haberlo buscado en tantos años; Carlos, a su vez, dijo sentirse apenado por verse en la necesidad de pedirle la pensión alimenticia.
Cuando Carlos quiso justificar la petición mostrándoles sus calificaciones, Juan le dijo que no era necesario.
En una segunda sesión, Juan ofreció a Carlos una pensión alimenticia hasta finalizar su carrera, a lo que éste aceptó, por lo que procedieron a firmar el convenio de mediación.