Por Araceli Martínez
Desde su taller familiar, Javier y su primo Agustín relatan con orgullo que su material ha sido exportado a gran parte de la República Mexicana, y a más de 30 países en Sudamérica, Europa, Asía y Norteamérica.
También han elaborado papel picado personalizado para el restaurante “Los Potrillos”, para los carnavales en Huejotzingo, Chimalhuacán y en Veracruz, para grandes hoteles en la Ciudad de México, y para ferias patronales en municipios de la región, por lo que afortunadamente todo el año tienen trabajo.
La elaboración del papel picado se divide en tres partes, diseño, picado y pegado.
Desde el boceto se realiza de manera artesanal, los clientes dan su logo o el diseño de su agrado y Javier lo dibuja a mano, el cual se utiliza para continuar con el picado.
Se elige el material con el que se elaborará; puede ser papel china o plástico. En una tabla de plomo se colocan 50 hojas y se comienza a dar forma con ayuda de cinceles de diversos tamaños y formas, así como un martillo.
Para picar una plana con un diseño tradicional son aproximadamente 100 pliegos, el cual se elabora en 30 minutos, pero los diseños personalizados pueden ser 50 pliegos y tardar hasta 1 hora.