De oficio jardinero, albañil y pintor, José explica que el desastre fue una mala experiencia por la ferocidad que no esperaban, pues pensaban que se trataba de una tormenta más.
“El desastre estuvo muy feo, pero afortunadamente el inmueble [la iglesia] quedó bien y nuestra madrecita [está] entera”, refiere.
Considera que para salir adelante de esta situación desoladora no habrá más que ayudarse entre todos y resurgir, “pero lo que sí le digo muy en serio: gracias a Dios, gracias a la Virgen, estamos con vida y mi familia también está con vida y yo estoy bien, ya de ahí lo que venga”, indica.
Relata que toda su casa se destruyó y no hay dónde comprar comida por el saqueo de tiendas.
“Como se saquearon todas las tiendas, no hay dónde comprar y ahorita con los vecinos y unos muchachos que tengo aquí, mis nietecitos, me dan un taquito, estamos haciendo eso. Ahorita no se puede hacer nada, venimos caminando y luego me voy con mi familia”, comenta entre el sonido del mar.