El juez canalizó el asunto al Centro de Justicia Alternativa (CJA) del Poder Judicial de la CDMX, a fin de que un facilitador penal lo atendiera.
Aunque Carmen en principio prefería el juicio, su asesor jurídico le explicó que era mejor llegar a un acuerdo, el cual le garantizaría la reparación del daño causado, por lo que aceptó ir al CJA.
En una primera sesión, el facilitador penal les explicó las salidas alternas al proceso penal; además, que al alcanzar un acuerdo reparatorio ambas partes se beneficiaban, pues mientras la víctima vería materializada la reparación del daño, el imputado libraría el castigo.
A la segunda sesión Juan Carlos llegó con la propuesta de pagar la mitad de lo adeudado en una sola exhibición, el resto en seis parcialidades, y cubrir, en adelante, la pensión alimenticia de su hijo. A Carmen le pareció razonable, así es que aceptó estampar su firma en el acuerdo reparatorio, y con ello arreglaron el diferendo que, incluso, pudo costarle a él la pena de cárcel.