TIENEN TEMOR DE REGRESAR A SU HOGARES

Damnificados por sismo aún viven en albergue de CDMX

El albergue abrió sus puertas para los afectados por el temblor el 19 de septiembre

Valente Rosas | El Gráfico

Valente Rosas | El Gráfico

Al día 20/01/2018 13:02 Redacción Actualizada 13:04
 

G. Suárez y S. Cantera

En la Ciudad de México sólo sobreviven dos albergues para damnificados del sismo. Uno se llama Hogar CDMX, está en la colonia Buenavista y originalmente ofrece estancia para aquellas personas que sufrieron abusos, fueron reclusos o estuvieron en situación de calle. 

El 19 de septiembre, este albergue abrió sus puertas para los afectados por el temblor; su población tope esas primeras noches fue de 54 personas. Hoy, a más de 120 días de aquel terremoto, Hogar CDMX arropa aún a 14 personas afectadas.

José Arzamendi y su madre pasan la mayoría del tiempo en este lugar; sólo salen a consultas médicas y a checar el estado de su departamento, ubicado en el Multifamiliar de Tlalpan. 

José baja todos los días, a las 8 de la mañana, por el desayuno, y también por la comida a las dos de la tarde. Los jueves, baja al patio y participa en el taller de habilidades sociales que ofrecen voluntarios. 

Hogar CDMX está a punto de cumplir un año de haberse inaugurado. Antes, mucho antes, fue un hotel donde se prostituía a menores de edad. La fachada del albergue tiene una flor de loto, y la entrada está protegida por una mujer policía. Para entrar a ese albergue y vivir ahí, los beneficiarios deben demostrar que desean ser personas que cumplan un rol en la sociedad, a través del trabajo o del estudio. El historial de los habitantes va desde abuso de drogas, delincuencia y situación de calle. 

La primera noche fuera de su departamento del Multifamiliar, José y su madre durmieron en el piso de una escuela primaria. La segunda noche, un doctor los trasladó al albergue Hogar CDMX. 

José es originario de Sinaloa. Su trabajo es comercializar el camarón que transporta desde su tierra hasta la Ciudad de México, pero desde el sismo no tiene trabajo. Su madre acumuló 61 años en su departamento en el quinto piso del 4C. Ahí vivió con sus padres, se casó, tuvo sus hijos y cuidó a sus nietas. 

SU VIDA CAMBIÓ. El 19 se septiembre, José estaba fuera del departamento. "Salí a las 8 de la mañana, pero a la 1:14 de la tarde mi vida cambió. Yo estaba trabajando en la calle, pero se vino el temblor. De los 10 edificios (de la unidad) se desplomó el 1C, donde murió mi sobrinita Jimena, una niña muy querida. Su muerte me cambió la vida".

Y aunque su edificio quedó intacto, y el pasado día 28 de diciembre las autoridades le dijeron que estaba en buenas condiciones, no regresarán hasta tener seguridad. 

La encargada del albergue asegura que no hay fecha límite para que los damnificados sigan en este lugar. Muchos, como José, han hecho amistad con los vecinos de sus unidades que antes no conocían. 

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