Feligreses cumplieron con la Virgen de Guadalupe

RUEGAN POR MEJOR CLIMA

Con el frío viven y al frío enfrentan en el atrio de la Basílica. La familia García peregrinó de las faldas del Popocatépetl hacia la Villa para pedir un milagro a la Virgen: que el clima los deje vivir.

No fue vasto el viaje, pero sí lo son la fe y las plegarias a la Virgen.

Así lo dice la mayor de las mujeres de la familia, quien ha llegado a la Basílica para implorar que el frío no mate su cosecha.

Y es que de la siembra de maíz y frijol viven siete niños y cuatro adultos.

Dicen que hasta hace cuatro años, el frío y el hielo todavía les permitía vivir de la cosecha. Pero algo cambió, el clima les ha impedido levantar la cosecha.

La falta de maíz y frijol, ha obligado a los hombres a trasladarse a la Ciudad de México en busca de trabajo como albañiles.

Pero la paga nunca alcanza para vivir en Amemeca y trasladarse a la ciudad.

Por eso, piden que el clima se apiade de quienes viven en las faldas del volcán.

QUE LO LIBRE DEL MAL CAMINO, LE PIDE

Dice llamarse Adrián, pero una sonrisa lo delata. Su nombre lo inventa y prefiere que lo llame “como quieras”. Tiene 17 años y busca un milagro: “que no lo encuentre la ley”.

Y es que dice que desde hace tres años ha cometido los peores pecados de su vida.

Uno de ellos, “fumarse toda la hierba y meterse toda la droga que le cae”. Empezó de adolescente dice y ni por la virgen lo ha podido dejar.

Cada año, desde niño ha peregrinado de Malinalco hacia La Villa de Guadalupe.

Antes lo hacía con sus padres, pero desde que su padre fue preso, lo hace acompañado por sus amigos.

Tal vez, dice, no exista ningún milagro que lo ayude a “escapar de la maldad”, pero para él, la fe es lo que lo mantiene aún con vida y lejos de la cárcel.

 

Y sí, confiesa que fumar, beber o drogarse es el menor de sus pecados y promete ante la Virgen que su vida cambiará.

AGRADECEN MILAGRO A SU HIJA

Hace 11 años recibieron una noticia: la mayor de sus hijos había nacido con una deficiencia mental.

Desde entonces, la familia Coria comenzó su peregrinar por la Basílica de Guadalupe y por hospitales de la ciudad. De médico en médico, hallaron sólo obstáculos para la atención de su hija. Ser hija de un matrimonio sin recursos y con un empleo inestable, hicieron que la niña fuera rechazada de seis hospitales.

Por eso, su caminar cambió de rumbo. Desde hace 11 años, la familia ofrecerá su andar a la virgen de Guadalupe.

A cambio, ella la ha sanado. Así lo dice la pareja de feligreses, que ayer caminaron por cuatro horas desde Iztapalapa a la Villa.

Dicen que sus plegarias vencieron a los diagnósticos de los médicos. Mientras los doctores pronosticaban que la niña no hablaría, ni caminaría, la Virgen le ha concedido el milagro.

Hoy agradecen a Guadalupana y ruegan porque nunca les falte trabajo para sus hijos.

 

(Fotos: Yara Silva | El Gráfico)