Apenas comienzan a arribar apoyos

Todo llega tarde a San Mateo el Mar tras fuerte sismo, en Oaxaca

No reparten las despensas pues temen disturbios porque son muy pocas

(Foto: Mario Arturo Martínez, El Gráfico)

Al día 12/09/2017 12:45 Redacción Actualizada 12:48
 

Roselia Chaca

EN JUCHITÁN

Apenas ven un vehículo estacionarse en la carretera, los niños y mujeres corren a pedir ayuda; otros colocan mantas con la misma petición. Así de grande es la necesidad y el abandono en el que están los habitantes de la colonia Juárez, de San Mateo del Mar.

Es este uno de los municipios con mayor rezago en el estado, con 17 mil habitantes, según la Coneval, de los cuales 51% están en pobreza extrema y que estuvo olvidado por el gobierno, después de tres días del sismo. Hasta el cuarto día llegaron los servicios de salud y la Marina a brindar apoyo a las familias.

Roselia Gutiérrez, integrante del Comité de Apoyos de la Alcaldía Comunitaria, contó que ante la ausencia de un presidente municipal por conflictos poselectorales, la organización de ancianos, jefes de secciones y topiles coordinan la ayuda a los damnificados.

La ayuda del gobierno llegó tarde, hasta tres días después, y aún no han llegado las cocinas comunitarias ni despensas. En el cuarto día, la Marina comenzó a realizar la supervisión de las viviendas en la colonia Juárez, de las más afectadas, y a dar agua en pipas.

Las autoridades comunitarias reportan cinco muertes, las cuales aseguran no han sido registradas en la lista oficial del gobierno, unas 500 casas afectadas y colapsadas, fisuras en la iglesia y el mercado. 

Se cayó el puente que conecta la agencia de Barrio Nuevo con la cabecera de San Mateo, por lo que están incomunicadas al menos 400 personas, que piden el apoyo del Ejército para colocar sacos de arena y crear un puente provisional. Por cuarto día el servicio eléctrico cayó.

Quienes respondieron a la emergencia fueron organizaciones civiles y enviaron despensas que se concentran en la alcaldía, pero son pocas para el número de damnificados, por lo que no se atreven a repartirlas por miedo a causar disturbios.

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