TIENE 30 AÑOS DE EXPERIENCIA

Octavio Quiroz: Una carrera contra el tiempo

Octavio Quiroz pertenece a una familia de relojeros, quien ve con nostalgia cómo su oficio deja de ser indispensable

Foto: Ximena García. El Gráfico

Foto: Ximena García. El Gráfico

Al día 05/12/2016 18:00 Ximena García Actualizada 18:01
 

EN TOLUCA. El tiempo es un regalo, algo preciado que con cada movimiento de la manecilla del reloj, se pierde; pero para Octavio Quiroz, es ese exacto movimiento el que le ha dado sustento y le ha permitido ser parte de la tradición familiar.

Último miembro de la cuarta generación de relojeros, se ha pasado los últimos casi 30 años de su vida entre engranes y cuerdas, viendo con nostalgia cómo poco a poco su oficio deja de ser necesitado por las personas.

El negocio familiar ha existido más de cien años, a su abuelo incluso se le conocía como el “Padre Cronos”, pues su relojería era de las más grandes e importantes de la época, pero el tiempo no pasa en vano, y ha ido mermando el legado de los Quiroz.

“Este negocio empezó como platería/relojería con mi abuelo, ya después se fue modernizando y nos dedicamos sólo a los relojes. Yo no empecé desde chico, yo soy médico veterinario pero mi padre se enfermó y comencé a hacerme cargo".

Una de sus especialidades son los relojes de pared, actualmente sólo tres negocios están capacitados para darles servicio, pues poco a poco se ha ido desapareciendo la tendencia de usarlos.

“En realidad ya casi no hay, definitivamente se han ido perdieron porque la relojería de ahora es de pila, lo de cuerda y lo automático, ya pasó de moda".

Octavio, a pesar de haber crecido en una familia de relojeros, no se había acercado al oficio hasta que su padre enfermó, así, poco a poco fue empapándose del cuidado que deben tener los relojes que marcan la vida de sus clientes, y lo hizo de manera autodidacta, lo traía en la sangre.

De pulsera, de pared, de cuerda, de pulso, Octavio repara de todo tipo de cronógrafos que llegan a su taller ubicado en Lerdo casi esquina con Humbolt, con paciencia los desarma y revisa pieza por pieza hasta encontrar el defecto.

Esta labor puede llevarle un día o un mes, depende del daño y el tamaño, pues entre más grandes a veces es más difícil reemplazar las piezas, por lo que en muchas ocasiones tiene que mandar a hacerlas, pero todo sea por el cliente, para que lleguen a tiempo a los mejores momentos de sus vidas.

Ahora que las manecillas avanzan, también es el lapso que le queda de vida a este negocio, ya que ninguno de los hijos del también maestro de secundaria quiere perpetuarlo.

Reliquias

Una de las especialidades de Octavio son los relojes de pared, hoy sólo 3 negocios están capacitados para darles servicio. Quienes los tienen en sus hogares son personas mayores o nostálgicas.

 

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