Drew Barrymore y sus adicciones

La vida de Drew Barrymore no ha sido fácil, desde que tenía nueve años se hizo adicta a las drogas, a los trece fue ingresada en una clínica de desintoxicación.

"En el centro de desintoxicación era infeliz la mayoría del tiempo; me aislaba mucho. Sin embargo, con el tiempo vi que era una forma de volver a nacer, de volver a vivir otra vez", explicó la actriz, quien se atrevió a revelar su problema hace apenas unos años.

Después de años de autodestrucción e intento de suicidio, logró regresar al buen camino, pero no fue fácil, además de recuperarse de sus adicciones, tenía que recuperar la fama que había perdido.

Éxito que construyó con su participación cuando tenía cuatro años de edad y participó en la cinta "E.T., El extraterrestre".

A pesar de su éxito y haber superado en gran parte el problema, la actriz revela que no tiene una buena relación con su familia. 

Con su madre no tiene contacto y con su padre, que murió a causa de cáncer en la médula ósea, tampoco hubo una buena relación, según ella porque siempre se mostró como un hombre “frívolo y distante, muy egoísta”. 

A Barrymore le encanta hacerse tatuajes, tiene uno en el tobillo, en el pie, dos bajo el vientre y otros dos en la parte baja de la espalda.

Sin embargo, la actriz se sometió a un duro procedimiento con el objetivo de borrar los seis dibujos, además disfruta con la música de los Beatles, Beck y Hole. 

En algún tiempo de su vida Barrymore fue vegetariana y aunque actualmente está casada con William Kopelman y tienen dos hijos, mucho se ha dicho que la estrella de Hollywood es bisexual.

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