Datos curiosos sobre Emiliano Zapata

Emiliano Zapata y Francisco Villa han pasado a la historia como los dos generales más sobresalientes y conocidos durante la Revolución Mexicana.

Aunque ambos personajes tenían intereses diferentes, se unieron para luchar por una sola causa y derrocar a Porfirio Díaz de la presidencia de México.

Es por ello que traemos algunos de los detalles más curiosos de Zapata, uno de los personajes fundamentales durante dicho proceso histórico que culminó casi una década después de su muerte.

La Hacienda de Chinameca, en dónde fue asesinado Zapata, que fue fundada en 1899 e inaugurada en 1905, era un sitio aterrador para los campesinos de Morelos, por los asesinatos constantes y la crueldad de su propietario.

"El Caudillo del Sur", casi pierde la vida en este lugar en 1911, después de un enfrentamiento contra el ejército federalista y desde ese momento trató de evitar acercarse a este lugar, hasta su muerte.

Zapata no era tan "humilde" como todos piensan, ya que además de ser amante de la charrería, tenía  varios caballos y disfrutaba de la comida francesa, el coñac y los puros; incluso tenía un traje de charro con detalles en plata.

Entre sus frases más famosas destacan:  “Revoluciones van, revoluciones vendrán, y yo seguiré con la mía”; “Esos que no tengan miedo que pasen a firmar”; “La tierra es del que la trabaja”; “Para que nuestra revolución triunfe, será necesario que yo perezca antes”.

Después de su muerte, la mayoría de sus oficiales crearon un manifiesto en el que prometían venganza en contra de Venustiano Carranza, artífice de su asesinato.

Algunos aseguran que el cuerpo sepultado en Cuautla no pertenecía a él, ya que no tenía algunas citatríces características como una herida de bala en el muslo, una cornada en la pantorrilla y tampoco le faltaba parte del dedo meñique que había perdido durante una charreada en su juventud.