Aumentan asesinatos en Acapulco

Los homicidios dolorosos crecieron 42% este año; jóvenes como 'El Chuy' son los nuevos criminales

(Foto: Archivo / El Gráfico)

Viral 04/08/2015 12:08 Actualizada 12:08
 

Por: David Espino

Don Irineo Nava, de 80 años, vive en la colonia la Olímpica, que se ha convertido en  el ‘anfiteatro’  de Acapulco desde hace mucho tiempo.  

En la parte alta del cerro, donde se yergue la casa, fueron descubiertas siete fosas clandestinas con 10 cadáveres hace un par de días.

Ahora sólo están las tumbas vacías en el cerro El Veladero, una de las reservas naturales más importantes del municipio.

Más que números. Cuando se  encontraron  los 10 cuerpos, entre ellos los de  tres de mujeres, corría la última semana de junio de 2015 y en Acapulco habían ocurrido 345 asesinatos. Este municipio es el más violento del país, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. 

Una investigación hemerográfica realizada por este diario revela que de enero de 2015 al cierre de julio se habían registrado  469 asesinatos violentos en Acapulco, un promedio de dos homicidios al día. 

Desde que inició 2015, los homicidios  comenzaron a tener grandes picos  en uno de los balnearios más importantes del país: en enero ocurrieron 35; en febrero 45; en marzo 30; en abril 84 y en mayo, el mes con más crímenes, 105. Junio terminó con 79. Y en lo que va de julio se llevan contados 91; es decir, 469 asesinatos violentos en poco menos de siete meses.

Aunque las cifras de crímenes en este puerto se resguardan como si se tratara de un secreto de Estado, ya que ninguna entidad de los gobiernos estatal o federal las proporciona a detalle, la Secretaría de  Seguridad Pública y Protección Ciudadana mantenía un registro de 336 “homicidios dolosos” en Acapulco de enero a mayo de 2015,    lo que significa  42% más que el mismo periodo del año anterior, donde ocurrieron 237.  Y la Fiscalía General del estado manejaba cifras de 943 “asesinatos dolosos” en  la entidad, de enero a junio de 2015. Randy Suástegui Cebrero, vocero de la fiscalía,  proporcionó el dato, pero se negó a dar detalle  por municipios.

El año pasado, Acapulco cerró como la tercera ciudad más violenta del mundo, sólo detrás de la centroamericana San Pedro Sula, en Honduras, que se ubicó en primer lugar, y abajo de Caracas, Venezuela, que estaba en segundo sitio, de acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. 

Pero, ¿quién mata  en Acapulco? Según el fiscal general del estado, Miguel Ángel Godínez Muñoz, el perfil de los asesinos es de chicos menores de 20 años, que se mueven en algunos de los cinco grupos del ‘narco’ que operan en la ciudad: el  ‘Cártel Independiente de Acapulco’ (Cida), ‘Los Ardillos’, ‘Los Rojos’, ‘La Familia Michoacana’ y el ‘Cártel Jalisco Nueva Generación’. Tener 26 años es ser veterano y es tener posibilidades de liderar una célula delincuencial, de acuerdo con  testimonios recabados por esta casa editorial.

 

‘El Chuy’  bajó de la motocicleta, sacó su arma  9 milímetros de la mariconera y disparó tres veces en la cara de un hombre que nunca había visto. Que nunca sabrá quién fue. Los transeúntes que oyeron las detonaciones corrieron sin mirarlo. Era mediodía.  Por ese trabajo cobró apenas 10 mil pesos.

 Este medio  hizo contacto con él. ‘El Chuy’ era apenas un quinceañero cuando se inició en el grupo, jóvenes de entre 20 y 25 años. 

—Somos un grupo, un grupo de amigos. Somos familia—dijo. Se le preguntó para quién trabajaba su grupo. Dijo que era independiente, que apenas había conseguido independizarse. Cada grupo domina algún sector de la ciudad. Nada se hace sin el consentimiento de ellos.

‘El  Chuy’ tiene ahora 26 años y es jefe de una banda. Narró cómo inició en el ‘negocio’: “Iba a la escuela, en un Bachilleres, pero tenía que trabajar de toldero para vivir. A mis  padres no les alcanzaba para mantener a mis  seis hermanos y  yo tenía más ambiciones. Un amigo de la escuela  me acomodó en el grupo, primero como informante. Lo demás corrió de mi parte. Quería hacer lo que los demás hacían, quería que me respetaran. Luego a él lo desaparecieron”.

—¿Tú no tienes miedo?

—En un principio sí. Cuando me encargaron el primer trabajo me cagué de miedo. Todavía lo siento, pero más bien creo que es adrenalina… no sé.

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