A Vint Cerf se le considera “el padre del Internet” y es un hombre que revolucionó el universo digital, pero opina que “si hay imágenes que realmente te importen, lo mejor es crear una copia física”, ponerla en papel.
La cuestión es que, en un mundo tecnológico, en plena era digital, cada vez son menos quienes imprimen sus fotografías, incluso las de los mejores momentos de su vida.
Imagen futura borrosa. El problema amenazante, y al que Cerft llama “Digital Dark Age”, consiste en que los archivos multimedia actuales en algún punto del desarrollo tecnológico sean obsoletos.
Es una realidad, puede resultar imposible leerlos o reproducirlos, como ocurre hoy, en que casi es imposible ver una película en formato VHS.
Algún día, las imágenes en formato JEPG quedarían en ese limbo.
Las situaciones en las que las fotografías y recuerdos personales pueden perderse son muchas:
—Cuando cambiamos, perdemos o nos roban un celular. Generalmente en la memoria están muchas fotografías que no se suben a la nube o no están respaldadas.
—Eso pasa con dispositivos de almacenamiento: USB y/o disco duro, pueden averiarse o infectarse con un virus y hacer imposible recuperar la información.
Memoria dura y resistente. Si no se imprimen y protegen las fotografías está en riesgo compartir imágenes físicas especiales con padre, hijos, nietos y amigos. Serán recuerdos perdidos.
La impresión es una buena costumbre, el mundo está lleno de imágenes en papel: rutas de evacuación, etiquetas de productos, señalamientos preventivos, señales vehiculares, manuales de uso, publicidad, obras de arte y claro paisajes y museos.
Se pueden imprimir en papel fotográfico o tamaño postal. Y hay nuevas opciones y formatos creativos.
