El peligroso cáncer pulmonar llega a dar algún síntoma relacionado a una enfermedad respiratoria, por lo que se puede confundir con gripe, asma, neumonía e, incluso, con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
El neumólogo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Uriel Rumbo, explica que algunas de sus señales pueden ser “tos constante con o sin flema que dura más de tres semanas, pérdida de peso involuntaria, dificultad para respirar, dolor de tórax o espalda”.
Alerta general. El caso es que, por estas y otras razones, más del 65% de pacientes son diagnosticados en etapas avanzadas. Muchos no presentan síntomas en las primeras etapas.
Un detalle de alto riesgo es que quienes sí lo registran suelen confundirlo con otras enfermedades respiratorias, lo que retrasa el diagnóstico y provoca que la enfermedad progrese.
El doctor Uriel Rumbo aclara que “se ha observado que los casos por cáncer de pulmón en no fumadores se han incrementado, principalmente en jóvenes o personas que han convivido con fumadores”.
Algunas otras causas de este mal son contaminación, exposición al radón y/o asbesto, frecuentemente usado en la elaboración de techos, construcciones y cables.
Impacto ampliado. El especialista dice que las mujeres de zonas rurales y que están en contacto con humo de leña son víctimas potenciales, “ya que la combustión de este material tiene muchos agentes nocivos como los hidrocarburos aromáticos que se vuelven nocivos, principalmente, en lugares cerrados”.
Una situación que no debe perderse de vista es que “los agentes nocivos se van sumando… si alguien fuma y, además de esto, tiene un familiar de primer grado, padres o hermanos, con antecedes de cáncer de pulmón, su riesgo es mucho más alto...
“A esto se le conoce como susceptibilidad o predisposición genética”, explica el neumólogo Uriel Rumbo.
