Tecnología esclaviza a “workaholics” mexicanos

Es común escuchar que muchas personas son flojas, que no les gusta trabajar, pero parece que esto es cuando menos una exageración, pues en estos días son muchos los adictos al trabajo y en esto tiene que ver el desarrollo tecnológico.

Esto es una realidad nos cuenta Erika Villavicencio-Ayub académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica:

La adicción al trabajo es la necesidad compulsiva, excesiva e incontrolable de realizar una actividad laboral y el uso de las nuevas tecnologías: teléfonos inteligentes, tabletas e Internet, es clave en su auge.

Se caracteriza por un perfil específico: personas que laboran más de 50 horas a la semana y cuyas prioridades e intereses se centran en las actividades laborales.

Villavicencio-Ayub describe los puntos importantes del asunto:

• A pesar de las consecuencias negativas, 85 por ciento de las empresas en México recompensan ese trastorno ocupacional y se vuelven ‘tóxicas’.

• Pareciera que es beneficioso que tengamos gente demasiado ‘trabajadora’, pero es importante distinguir entre ser adicto y ser productivo.

• Aegún un estudio nacional realizado de 2013 a 2015 por la UNAM, con una muestra de 3,000 trabajadores, la mayor prevalencia de “workaholics” o trabajólicos está entre la gente de 29 a 48 años.

• En la mitad de los casos reportan haber tenido dos trabajos al mismo tiempo, aunado a que muchos, de manera simultánea, estudian y tienen actividades en el hogar.

• Los trastornos ocupacionales van a la alza en México y a escala mundial se estima que alcanza 30 por ciento de los profesionistas. En México afecta a 35 por ciento.

• 65 por ciento de los empleados se desempeñan al día entre 10 y 12 horas, y un 10 por ciento trabaja más de 12.

• A ello se aúna que somos de los países con menos días de vacaciones al año.

• Éste es un fenómeno que no distingue nivel socioeconómico, ni a empresas públicas o privadas, y aunque es más común en puestos gerenciales y directivos, también se presenta en niveles operativos y medios. 

• Tampoco hace diferencias de género y las estadísticas se están equilibrando ante la presencia de más mujeres en niveles de mayor responsabilidad.