Un país con seguridad

Martí Batres

OPINIÓN 27/11/2018 09:18 Martí Batres Actualizada 15:18

La seguridad pública es uno de los temas que más le inquietan a la población y es, al mismo tiempo, una de las principales tareas del gobierno. Por desgracia, es uno de los grandes pendientes que deja la administración saliente.

La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República significa un cambio en la visión con la que se atenderá el problema de la violencia y la inseguridad. 

De entrada, la visión de la guerra quedará atrás. El eje de los acciones en materia de seguridad del próximo gobierno será la de recuperar la paz y la tranquilidad.

Para ello, ya se están operando diversos cambios. Entre ellos, se encuentra el hecho de que en el Congreso de la Unión se aprobó la creación de la Secretaría de Seguridad Pública, que estará a cargo de Alfonso Durazo.

Anteriormente, la seguridad pública era un área de la Secretaría de Gobernación. Es decir, que la visión aplicada por el gobierno saliente al problema de la seguridad fue primordialmente político.

Ahora, se pretende que la seguridad tenga un peso específico en la administración de AMLO. Ya no será un tema más en la abultada agenda de la Secretaría de Gobernación, sino que gozará de la atención necesaria y se le dará seguimiento diario por parte del Secretario del ramo y del propio Presidente de la República.

Eso es en lo que tiene que ver con los asuntos operativos que, sin duda, son de primera importancia para frenar la inseguridad.

No obstante, conseguir la seguridad tiene que ver también con el bienestar de la población. Ahí donde se anida la falta de expectativas y el olvido es donde florecen las conductas antisociales.

Por eso, la nueva administración aplicará un programa de bienestar social sin precedente que fue ratificado por la ciudadanía en la consulta que se llevó a cabo el fin de semana pasado. 

De esta forma, tendremos la actuación de los cuerpos de seguridad con una visión pacificadora y de estricto respeto a los derechos humanos en todo el país, particularmente en las zonas más complicadas.

Por otro lado, proyectos encaminados a generar trabajo, particularmente para jóvenes, así como la aplicación de pensiones y becas para beneficiar a los grupos más vulnerables.

Esto, respaldado por el ánimo de reconciliación que debe privar en esta nueva etapa. 

La paz en el país no se podrá lograr si en la ciudadanía no opera un cambio orientado al reconocimiento de los derechos de quienes no son como nosotros.

Además del trabajo del gobierno para pacificar el país, se requiere que la sociedad deje de lado prejuicios como el racismo, la misoginia o la homofobia. 

Debemos reconocer los derechos de los demás y, sobre esa base, reconstruir a nuestro país tan lastimado por la guerra y el odio. No debemos dejar pasar esta nueva oportunidad para reconstruir a México. 

Comentarios