Su hogar son las calles de Toluca

Alma Ríos 

La Luna es la única compañía de Álvaro, un indigente de 62 años de edad que ha encontrado su hogar en las frías calles de Toluca.

Fue en Santa María Rayón donde llegó al mundo en 1956, pero las circunstancias de la vida lo condujeron a la capital mexiquense, donde ha permanecido desde hace cinco años aproximadamente.

¿Por qué vive en estas condiciones?, se le preguntó.

“La cuestión es que mi familia no se puede contaminar, yo podría estar con ellos pero un juez del pueblo me dijo que mi familia otra vez se volvió a quejar, que los voy a contaminar”, es la respuesta de este hombre.

Los elementos de Protección Civil y Bomberos de Toluca ha intentado localizar a los familiares, pero la búsqueda ha sido en vano.

Solo él sabe la razón del modo de vida que tiene, pues son pocos los detalles que da, sus palabras son pocos legibles y divaga mucho al hablar.

Insiste mucho en que tiene problemas de salud, señala que tiene una lesión en la cabeza y daños en sus dedos porque le mordieron una uña.

con buena actitud. “Nos vamos a recuperar, ya estoy agarrando fuerza poco a poco, ya también nos vamos a cambiar para estar aseados todos los días”, expresó.

En una cama improvisada que construyó con bolsas y cartón, Álvaro pasa los días y las noches, en la calle Juan Fernández en la colonia Universidad. 

Anteriormente lo hacía en las inmediaciones de la Facultad de Enfermería de la UAEM, pero se reubicó para tener más privacidad, pues otro indigente se instaló muy cerca de donde él se encontraba. 

Protección Civil señala que en la capital mexiquense solo hay dos indigentes como Álvaro, el resto son personas que padecen alcoholismo.