Gozar en la vejez

Sexo 31/01/2019 05:18 Cecilia Rosillo Actualizada 05:25
 

Una de las etapas más difíciles para tener sexo es la senectud, y no porque no se pueda, sino por las ideas y tabus que hay al respecto y que merman la vida sexual de las personas, más allá de su vitalidad y estado de salud.

El sexo en la tercera edad no es para nada como en las etapas anteriores, por lo que marca un nuevo comienzo sexual para el ser humano, pues lo más importante es saber que el deseo de intimidad no disminuye con la edad, ni  sentirlo es inapropiado, pero los trastornos y los cambios emocionales asociados con el envejecimiento interfieren lo que hace que el avance de la edad modifique la forma de expresar el sexo. En la senectud, la intimidad representa un sentimiento de complicidad entre dos personas que está fincado en el conocimiento y la familiaridad con el otro, incluso en parejas que se forman en esta etapa es importante tomar en cuenta los aspectos emocionales, sociales y físicos, y son muy valoradas las caricias como parte del todo de las relaciones sexuales.

Para muchas parejas, la intimidad y el erotismo están suficientemente expresados y les satisface solo con tocarse, acariciarse continuamente, abrazarse, darse masajes, besarse, expresar su emociones con palabras que indican familiaridad, cuidado o compromiso con la pareja, dejando el coito y las posturas sexuales en un segundo plano o como algo no necesario.

La intimidad física expresada con coitos son menos frecuentes, pero existentes, igual que la masturbación en pareja o en solitario, por ello, si se tiene una nueva pareja sexual, se debe practicar sexo seguro usando condón, dado que también a esta edad hay riesgo de contagiarse de infecciones de transmisión sexual.

Las enfermedades llegan a afectar la vida sexual, pues las vasculares, así como la diabetes, que es lo más común a padecer, pueden ocasionar disfunción eréctil, la artritis puede limitar los movimientos y generar dolor; los fármacos y la preocupación reducen el deseo de mantener relaciones sexuales.

También se vuelven un reto los cambios relacionados con los niveles de hormonas sexuales que causan atrofia vaginal y reducción de la lubricación, haciendo las relaciones sexuales incómodas o difíciles, por lo que es necesario conocer las alternativas.

La falta de privacidad es como un regreso a la adolescencia, pues quienes viven con su familia o en asilos tienen menos espacios para intimidad física.

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