¿Eres codependiente?

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(Foto: Archivo, El Gráfico)

Vida 26/02/2019 05:18 Víctor Jiménez Actualizada 09:01
 

¿Inviertes toda tu energía tratanto de satisfacer las necesidades de tu pareja o familia? ¿Continuamente haces sacrificios en tus relaciones? Si es así, es probable que te encuentres en una relación de codependencia. La persona codependiente tiene una preocupación excesiva e inconveniente por las dificultades de alguien más o por un grupo de personas. Se siente obligada a satisfacer todas las necesidades emocionales y materiales de otro(s). También le permite a otro mantener una conducta irresponsable o adictiva.

Algunas de las características de codependencia son: baja autoestima, complaciente con los demás, dificultad para poner límites, reactividad, sacrificio de las propias necesidades, control de los demás, mala comunicación, dependencia, emociones dolorosas. Revisa estas características y decide qué tan codependiente eres:

Baja autoestima. Compararte con los demás y sentir que no eres suficiente son signos de baja autoestima. Una sana autoestima comprende la convicción de que eres valios@. No necesitas compararte con otros para sentirte importante y digno de aprecio tal como eres.

Complaciente con los demás. Si te cuesta decir no, tenderás a ceder con bastante frecuencia y a hacer todo lo posible por acomodarte a los deseos ajenos. Haces esto para llevarte bien con quienes te rodean y para que te quieran. “Debo ser lo que otros quieren que sea”, podría ser tu lema. Así terminas poniendo una cara alegre cuando en realidad estás triste o enfadad@.

Dificultad para diferenciarte. ¿Te sientes responsable de los problemas y sentimientos ajenos? Entonces no pones un límite claro entre tú y los demás, te cuesta diferenciar entre tu responsabilidad y las de otros.

Reactividad. ¿Adoptas fácilmente las opiniones de los demás sobre ti? ¿Les compras cualquier idea sin pensarla? ¿Te pones a la defensiva ante las opiniones ajenas? ¿Reaccionas emocionalmente a lo que otros piensan? En cualquiera de estos casos, te cuesta reconocer que las opiniones sobre ti no son un reflejo de quién eres.

Sacrificio de las necesidades propias. ¿Ayudas a los demás al punto en que abandonas tus propios deseos y tus necesidades? Sientes la obligación de ayudar y “componer” a la otra persona y podrías ofenderte si no acepta tu ayuda.

Control de los demás. El control que ejerces sobre los demás es a través de mostrarte indefens@, la culpa, consejos no solicitados, manipulación o tu conducta rescatadora. Con seguridad piensas que sin tu intervención, esfuerzo o atención las cosas no funcionan o no se resuelven.

Mala comunicación. ¿Te cuesta expresar tus sentimientos, necesidades u opiniones? Te detienes de comunicarte con honestidad porque temes molestar a los demás con tus comentarios. En lugar de decir “no me gusta”, finges que todo está bien.

Dependencia. Esperar aprobación o aceptación de otros es un signo de dependencia. Tienes miedo al rechazo y al abandono, aun cuando sabes que podrías salir adelante por tu cuenta. Te cuesta terminar una relación de pareja (aunque haya abuso o dolor) pues no quieres experimentar soledad o depresión.

Emociones dolorosas. ¿Sientes una gran ansiedad por el futuro? ¿Sientes vergüenza de tu propio comportamiento o el de un familiar, por ejemplo, si es adicto al alcohol o las drogas? ¿A veces te sientes indefens@ ante la situación que enfrentas? ¿Constantemente sientes enojo hacia esa persona cercana que tiene un problema de adicción al juego o a las compras?.

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