Retirarse a tiempo

Gabriel Cruz

OPINIÓN 23/07/2019 09:26 Gabriel Cruz Actualizada 09:26

El pasado fin de semana, el luchador japonés Liger se despidió de los cuadriláteros mexicanos, en las arenas México, Coliseo y López Mateos, un acto de respeto hacia una labor a la que le ha entregado todo sobre el enlonado.

A sus casi 55 años, Liger compartió la razón principal por la que en el 2020 colgará en definitiva el equipo y máscara, que lo convirtieron en leyenda de los encordados de paga.

Hace unas semanas atestiguó un mano a mano entre los mexicanos Titán y Dragon Lee que lo impactó. 

La impresión fue tan grande como reveladora. Y desde el respeto que profesa a su trabajo, entendió que su nivel como gladiador ya no está a esa altura, así que decidió que era momento de encontrar el camino hacia el retiro de los encordados.

Nueve años después de su visita más reciente, Liger supo que volver a México —el lugar donde empezó su aventura profesional—, era vital.

La respuesta de la afición mexicana fue noble: excelentes asistencias a sus últimos tres eventos en suelo azteca. Y él respondió con actuaciones dignas de su historia, superior a la que muchos de sus contemporáneos mexicanos son capaces de ofrecer y aún así el adiós ni siquiera pasa por su mente.

Las razones deben ser varias, pero todo termina reflejándose en un trabajo que demerita lo hecho en sus mejores momentos como estetas.

Hablamos de culturas, sociedades y economías distintas, pero son pocos los luchadores mexicanos, incluidos algunos que fueron estrellas, que tienen en perspectiva el momento del retiro. Así que con frecuencia, los sorprende lastimados y sin opciones para negarse a aceptar un adiós poco digno y doloroso.

¡Buenas luchas!

 

Comentarios