Libertad o calvario

Escuelas de manejo, opiniones divididas

Aprender a conducir puede volverse un verdadero calvario

Querétaro 27/05/2018 20:30 Redacción Actualizada 20:34
 

Para Mariana no fue agradable asistir a una escuela de manejo. Para ella, aprender a conducir se volvió un verdadero calvario, pues tuvo que lidiar con un instructor que le gritaba, llegaba tarde, y no respetaba el número de clases que debería impartir. 

Esa mala experiencia mermó sus ganas de aprender en una escuela y optó por pedir la ayuda de amigos y familiares. Aunque ni siquiera está en sus planes comprarse un auto.

Por otro lado, Carmen es otra mujer que tiene la intención de asistir a una escuela de manejo, debido a que con frecuencia sale de vacaciones con su familia. 

Gusto por el manejo. A pesar de las diferencias de opinión entre alumnos, Rodrigo Martínez Ramírez, quien es instructor de manejo desde hace dos años en la escuela Racing Car’s, dice que el buen trato es lo más importante en una escuela de este tipo, pues eso genera confianza y tranquilidad en los aprendices.

La pasión por conducir convirtió a este joven de 22 años en instructor de manejo. En este empleo comprendió que algunos de los alumnos aprenden a manejar por urgencia o necesidad, lo que ocasiona que se encuentren nerviosos durante las prácticas. 

Cada cierto tiempo, dice, alguna clase se complica dependiendo de las capacidades de cada alumno, en algunos casos se tienen limitaciones motrices, por lo que se convierten en un verdadero reto para los maestros. Redacción

 

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