transporte escolar

Nanas sobre ruedas en escuela de Querétaro

Cuatro mujeres llevan y traen a niños al colegio y a sus casas

(Foto: César Gómez | El Gráfico)

Querétaro 21/02/2018 21:34 Actualizada 21:35
 

Domingo Valdez

Las dos camionetas amarillas de transporte escolar esperan frente al templo de La Cruz la salida de los niños de la escuela. Concepción Mata Rodríguez, su hija Miriam Ramírez Mata, Leticia Vargas Tavares e Imelda Elizondo Zamora son las encargadas de trasladar a los pequeños a sus escuelas y de regreso a sus domicilios.

Conchita narra que en junio próximo cumplirá 35 años dedicándose a brindar el servicio de transporte escolar. Hasta la fecha, es conocida por mucha gente que la recomienda con otros padres de familia, llegando a estructurar un servicio regular de transporte, apoyada por su hija y dos mujeres más.

Lo que más le gusta de su trabajo, dice, “es que Dios me ha dado la posibilidad de trabajar con niños. En el Tutelar duré 10 años acudiendo a trabajo social. En la Iglesia duré 15 años de catequista y sigo regalándole mi trabajo a Dios. Soy encargada de capilleras en la colonia donde vivo”.

Compró sus unidades. Madre de cinco hijos y 13 nietos, la mujer hace gala de un espíritu combativo, pues decidió comprar sus propias unidades. A pesar del servicio gratuito de transporte escolar prestado por las autoridades, para todos sale el sol y el negocio crece.

Manejar una camioneta de transporte escolar no es tan complicado, dice Miriam, pues en ocasiones cuando hay ciertos conflictos es al momento de coordinarse con los padres, pues se tiene que hacer conciencia con los menores, además de que en ocasiones los recados de los maestros para los papás los transmiten a través de ellas. Es muy estresante, por la responsabilidad de llevar a niños a su cargo. 

Nanas sobre ruedas. Como conductora no sólo tiene la responsabilidad de trasladar a los niños sanos y salvos a sus destinos, pues muchas veces tienen que satisfacer necesidades como la sed y fisiológicas de los chicos, convirtiéndose en una especie de nanas.

Por su parte, Leticia nunca imaginó que conduciría un transporte escolar, “pero bendito Dios, me dio la oportunidad de volver a revivir (los tiempos de la niñez) son mis motorcitos de diario”, dice. Parte fundamental del equipo es Imelda, quien es apoyo de las conductoras desde hace 15 años.

Las cuatro mujeres ya tienen las dos camionetas llenas. Se dividen en equipos de dos y arrancan rumbo a sus diferentes rutas que deben cubrir para trasladar sanos y salvos a los menores a sus destinos. 

 

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