Ni entre ellos mismos son capaces de cuidarse

COLUMNA INVITADA

OPINIÓN 18/06/2019 09:23 COLUMNA INVITADA Actualizada 09:24

POR HÉCTOR DE MAULEÓN

El pasado 19 de mayo, hacia las 19:30, la alarma de seguridad se detonó en un domicilio de la colonia Irrigación, en la alcaldía Miguel Hidalgo. Era el domicilio de la titular del Fondo Mixto de Promoción Turística, Paola Félix.

Según la carpeta de investigación CI-FMH /MH-4 /UI-1-S /D /01861 /05-2019, aquel domingo la empresa de seguridad ADT notificó a la funcionaria que el sensor se había activado. La carpeta indica que la empresa envió al celular de su cliente imágenes en las que se observa cómo varios sujetos ingresan al sitio.

Félix, prosigue el documento, solicitó apoyo al Sector Sotelo de la SSC, y se trasladó al lugar. “Encontraron que la puerta de acceso se encontraba dañada y había total desorden”. La víctima informó que por el momento no podía determinar qué se hubiesen robado y dijo que en la casa había “dinero en efectivo y chequeras en los cajones”.

Los videos de la empresa fueron entregados a las autoridades. Según las imágenes, una mujer a bordo de un Mini Cooper pasa a checar si hay alguien en el domicilio. Hacia las 19:22 (el horario que aparece en la cámara está desfasado una hora), tres se ponen de acuerdo junto a una pequeña camioneta negra y una blanca. Visten gorras, tenis, playeras.

Dos de ellos, uno con gorra negra, otro con tenis rojos, salen de cuadro. El conductor del vehículo negro espera unos instantes y luego se arranca. La camioneta blanca se echa en reversa y se estaciona frente a la puerta del domicilio.

El de la gorra negra desciende del vehículo, luego baja el de los tenis rojos y avanza hacia la casa con los brazos cruzados. Despreocupadamente, se recarga junto a la reja de entrada: la intención es cubrir los movimientos de su cómplice. El de la gorra negra saca un objeto debajo de la camiseta y fuerza la puerta en solo unos segundos. Ingresa para forzar la segunda puerta; el otro espera en la calle.

Con los dos accesos abiertos, ambos sujetos se acercan a la puerta trasera de la camioneta y cruzan unas palabras con alguien. De nuevo con los brazos cruzados, atraviesan la banqueta y entran en el domicilio. Son las 20:33, según en la cámara. En la camioneta hay movimiento. Una persona de camiseta negra se mueve como si fuera a bajar, pero no lo hace, finalmente se acomoda y cierra la puerta.

Se abre en cambio la puerta del conductor: desciende un hombre con pants y gorra negra, quien cruza la banqueta con la vista baja e ingresa en la casa. Luego vuelve a salir y sube al asiento del conductor mientras por la puerta trasera del vehículo, bajan otras dos personas. Uno de ellos trae guantes y camina cubriéndose la cara. Ingresan y baja de la camioneta un último hombre, vestido de azul y con un teléfono en la mano, y entra también en la casa.

A las 20:36 sale el hombre de azul y sube al asiento del copiloto. La alarma ya lleva cuatro minutos activa. Los asaltantes salen en fila india hacia la puerta trasera de la camioneta. El último en salir lleva guantes. Otro de ellos trae en los brazos un envoltorio negro y uno más, una caja repleta de objetos.

El auto negro ha regresado desde hace varios minutos, y está estacionado a solo unos metros.

La camioneta blanca arranca, luego se detiene. El de los tenis rojos baja otra vez. Se acerca a la reja y apaga la luz o toma algo.

El robo se ocultó a los medios. Una fuente de la Procuraduría señala que el caso no ha avanzado, que a esa hora las cámaras del C-2 “no servían o apuntaban a otro lado”. Lo más preocupante es que los asaltantes dejaron dinero, cheques y aparatos electrónicos. ¿A qué fueron? ¿Qué se llevaron? ¿Es un aviso o una amenaza para ella?

La exdiputada federal, candidata por Morena a la alcaldía de Cuajimalpa y activista contra la trata de personas, se rehusó a hablar del asunto. Pero ahí está la carpeta.

Ahí están los videos.

Ni entre ellos mismos son capaces de cuidarse. 

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