Llenadores tacos de guisado en La Banquetera de Morelos

Moisés Sánchez

Su nombre fue cuestión de azar, presión burocrática y miedo a pasar más días tramitando papeles para su funcionamiento, pero desde hace 24 años “El Pinito”, con sus tortillas hechas a mano y abundante porción de guiso, se convirtió en la casa del taco acorazado en Cuernavaca.

“Me tardé en conseguir el permiso como medio año, me pedían muchas cosas y en una de esas me dijeron: ¿Cómo se va a llamar el negocio?, a chinga, pues no sé, póngale ‘El Pinito’, en honor al pino que está frente al negocio, contesté”, cuenta, entre risas, Alberto Fuentes, el dueño.

“El Pinito” alberga 100 sillas, hechas por Alberto, y la gente nunca falta. Ahí, de las 08:00 a las 16:00 horas se venden tacos acorazados de más de 15 guisados de martes viernes y sábado, y domingo pancita, además de jugos y postres de martes a domingo. El lunes descansan.

El más solicitado por los comensales es el de milanesa, hecho con dos tortillas con mucho arroz y mucha carne, en realidad, son dos tacos.

Mientras la gente le grita para despedirse de él, Fernando recuerda que pasó 25 años de su vida trabajando para un licenciado. En ese tiempo, solía comer en un changarro de tacos acorazados en la calle Morrow, en el Centro de Cuernavaca.

“Me gustaron tanto los tacos que tuve la idea de un día poner mi propio negocio, pero desde que tuve la idea pasaron unos 6 años para que me decidiera”, indica.

El comienzo no fue fácil, a pesar de que el terreno fue un regalo de su antiguo patrón. Fernando y su esposa, Arnulfa Aranda, arrancaron con dos o tres guisados; ahora, son el negocio referente cuando se habla de tacos acorazados y visita obligada.

Han pasado 24 años desde la fundación de “El Pinito”, se dice rápido, sostiene Fernando, pero asegura que las claves son tratar de darle la mejor atención al cliente y su esposa, a quien la cocina se le da bien.

¿Dónde?

Calle Narciso Mendoza número 21, en la colonia Acapatzingo.