Una familia de mucha lucha pone manos a la obra en la CDMX

TLALPAN | XOCHIMILCO — La dinastía Bautista, integrada por los hermanos Centellita de la Muerte, Aguilita Mágica y Angelito Mágico, heredó de su padre, don Moisés Bautista Flores, el gusto por el deporte y el noble oficio de la albañilería que ha desempeñado desde que tenía 15 años.

El mayor de la descendencia, el Centellita de la Muerte, tiene 15 años como albañil y es maestro encargado de la obra; le sigue el Aguilita Mágica que, con 10 años en este oficio, desde hace 5 se especializó en los acabados, y por último el Angelito Mágico, el menor de la familia, que lleva 6 años en el jale, su fuerte es la llamada carpintería de obra negra.

(Foto: Especial / Sergio Trejo)

Su padre me invitó a la construcción en la que trabaja y ahí reconoció que sus chavos son buenos en lo que hacen, tanto en el manejo de la cuchara y la mezcla como en los cuadriláteros.

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Debido a que don Moy quería alejar a sus hijos de los peligros de las calles, los encaminó a practicar deporte siendo su hermano Mini Electroshock el primer profesor que les enseñó los secretos del pancracio.

(Foto: Especial / Sergio Trejo)

Así como en la lucha libre cada uno de los carnales descubrió su estilo por la necesidad de sacar la chamba que les asignaba ‘el arqui’.

Mientras Centellita monta los tabiques o echa el aplanado, Angelito arma las estructuras de madera para las losas, columnas y trabes, después el Aguilita se rifa los acabados colocando loseta y mármol, en pisos y muros.

Tanto en el ring como en la chamba los Bautista son una familia de mucha lucha.

Su padre, don Moy, entrenó lucha libre, pero debido a una fuerte lesión el sueño del debut se vio truncado.