Los primeros frutos de la austeridad

Martí Batres

OPINIÓN 15/01/2019 10:39 Martí Batres Actualizada 10:39

El Senado de la República anunció que regresará a la Secretaría de Hacienda un total de 281 millones 537 mil 756 pesos con 96 centavos, que fueron ahorrados los últimos cuatro meses del año que acaba de concluir.

El ahorro se debe a las medidas de austeridad que se aplicaron al inicio de la actual Legislatura. 

Debemos de recodar que los senadores iniciaron su trabajo bajándose el salario y eliminando distintos privilegios como el pago de seguros médicos, los 40 días extra de aguinaldo, el bono de bienvenida que ascendía a casi 400 mil pesos por legislador, el pago de guardaespaldas, vehículos de lujo, la eliminación del salón de belleza y la peluquería, así como de distintos gastos superfluos a los que tenían acceso los antiguos legisladores.

El objetivo es que el dinero que antes se destinaba a sufragar los privilegios de la clase política, ahora se ocupe en fortalecer acciones sociales como la Pensión a Adultos Mayores, las becas para personas con discapacidad, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro u obras de infraestructura como el Tren Maya, carreteras, hospitales o escuelas. 

Es decir, que estos millones que prácticamente era destinados al gasto improductivo, ahora se ocuparán en provecho de la sociedad. Se trata de los primeros frutos concretos de los ahorros obtenidos por el combate a los privilegios.

Ahora bien, la austeridad en el Senado no es la única medida de racionamiento del gasto promovida desde el Poder Legislativo. Otra medida destacada es la aprobación de la llamada Ley de Salarios Máximos mediante la cual se prohíbe que los servidores públicos ganen más que el Presidente de la República, que fijó su salario en 108 mil pesos mensuales.

Esto ha provocado que desde el primer día de la presente administración, el Presidente de la República cuente con más recursos. 

No obstante, ha habido resistencias, pero éstas poco a poco se han ido superando. Por ejemplo, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinaron bajarse el salario en un 25%. 

Más recientemente, se publicó en la prensa que diversos congresos locales no se han sumado a la política de austeridad. Según la nota periodística, congresos como el de Hidalgo incrementaron su presupuesto en un 62%; el de Tlaxcala, 31%; el de Morelos, 25%; el de Chihuahua, 19% y el de Baja California Sur, 11%. 

Sin lugar a dudas, los integrantes de estas legislaturas deben corregir. La austeridad no debe ser entendida como una concesión de los servidores públicos, sino como una política de Estado que tiene por objetivo principal la redistribución de la riqueza.

Seguramente, pronto tendremos noticias de que los congresos locales que no se han sumado al racionamiento del gasto, lo hacen. Ya hay una fuerte corriente de opinión ciudadana a favor de esta medida. Es la gente el principal motor de la austeridad republicana. 

 

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