Anafre sería la causa

Las vidas que cobró la triple explosión de un polvorín, en Tultepec

Cuatro bomberos perdieron la vida, así como policías y coheteros durante el estallido de un polvorín en Tultepec

(Foto: Archivo El Gráfico)

La roja 06/07/2018 09:09 Yara Silva Actualizada 09:52
 

TULTEPEC.- Memo, Héctor y Nazario eran bomberos y obedecían al comandante Lino. Ellos son parte de la lista de 24 víctimas mortales de una cadena de explosiones en un polvorín de Tultepec.

Ayer, bomberos, policías y rescatistas acudieron a una emergencia en el predio de La Saucera, donde elaboraban cohetones, luces de bengala y bola de humo. Eran las 9:24. Al terreno en despoblado, donde están instalados polvorines con permiso de la Sedena, llegaron bomberos, paramédicos, policías y trabajadores del municipio. 

Dos carros bomba, una pipa y al menos cuatro ambulancias eran parte de las herramientas que los rescatistas utilizaban para auxiliar a los civiles heridos. Pero ahí, en terreno abierto, el viento hizo que un techo de lámina aún ardiente se levantara y cayera sobre la pólvora acumulada en una bodega.

Veinte minutos después de la primera explosión, un nuevo estallido mató a rescatistas y curiosos.

Cuerpos, rocas, metales, vidrios y hasta vehículos volaron por el aire.

Cinco minutos después la pólvora de nueva cuenta hizo cimbrar el terreno. El llamado de los rescatistas fue urgente: “Necesitamos más ambulancias, compañeros caídos”.

En total hubo 49 heridos. Entre ellos, dicen los testigos, estaban hombres con quemaduras en todo el cuerpo. Otros eran personas que fueron mutiladas por la fuerza de la onda expansiva.

Memo, bombero de Tultepec, fue uno de ellos. Él había terminado su turno de trabajo y sólo permanecía en la estación porque le entregarían un equipo nuevo. Con él salieron Héctor, Nazario y el comandante Lino. Aún no se sabe bien qué hacían cuando los sorprendió la explosión.

César era chofer de la pipa cargada de agua. Al llegar al predio la estacionó a unos cuantos metros de la bodega incendiada. El estallido también lo mató.

Ricardo y Jesús no se conocían, pero eran policías que en el momento de los estallidos intentaban desalojar a curiosos y trabajadores de La Saucera.

Además de los rescatistas y policías, 17 personas murieron en el lugar; entre ellos un niño. Otras siete en los hospitales.

Ellos fueron víctimas de una imprudencia. Y es que ahí, en el predio en el que se respira pólvora, una mujer prendió el anafre que, muchos acusan, dejó escapar una brasa, lo que desató explosiones en cadena.

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