Subió 248 escalones con niño en brazos
Turista alemán cae de pirámide en Teotihuacan y muere
El hombre de 74 años se desplomó al llegar a la cima de la Pirámide del Sol
(Foto: Guillermo Perea, El Gráfico)
Por Alan Rodríguez
A sus 74 años Seiler viajó desde Alemania junto con su familia para conocer la cultura de México. Ayer visitó la zona arqueológica de Teotihuacan, pero tras subir 248 escalones en la Pirámide del Sol su alma se elevó al cielo tras llegar a la cúspide.
La víctima, Seiler Eckhard, quien iba acompañado de otras personas, sorprendió a varios paseantes al ascender de manera muy fácil y rápida a la Pirámide del Sol.
El hombre de la tercera edad llevaba en brazos a un niño y, según la declaración de algunos turistas, no parecía cansado.
Los testimonios señalan que al llegar hasta la cima de la pirámide el hombre le entregó el niño que cargaba a su esposa y de pronto se desplomó.
Se desmaya
La víctima se desvaneció y no pudo ni meter las manos en la caída y su rostro se estrelló contra las piedras de la pirámide, lo que le provocó severas lesiones.
De inmediato socorristas intentaron auxiliar al turista, quien ya no presentaba signos vitales, por lo que la pirámide, que estaba llena de visitantes, tuvo que ser desalojada.
Abajo hubo confusión entre los turistas que querían ascender a la edificación, pues se les negó el acceso sin saber las causas.
El área fue acordonada por elementos de la policía y personal de Protección Civil, mientras que en la cima la esposa de la víctima, quien apenas hablaba español, respondía algunas preguntas que le hicieron agentes ministeriales que llegaron al lugar.
Momentos después, el cuerpo de Seiler Eckhard fue bajado de la cima de la pirámide tras la realización de las pruebas periciales correspondientes.
El descenso tardó más de 20 minutos debido a lo empinado de la escalera, donde cuatro elementos de los servicios forenses cargaron la camilla rígida, para después trasladar el cadáver al anfiteatro local.
Lavan huellas
Minutos después, una comisión de trabajadores de limpieza subieron para lavar las manchas de sangre del difunto tras su caída en las piedras. Algunos paseantes comentaban que “la sangre debía permanecer en la pirámide, para no hacer enojar a los dioses”.